KARIM BENZEMA
Acostumbrado el madridismo a un nueve goleador, Benzema está definiendo un nuevo concepto en el Real Madrid. Un equipo que completa un tridente ofensivo con Cristiano Ronaldo y Gareth Bale en bandas, con libertad para atacar, se puede permitir que su delantero centro no sea matador, aunque el paso a la crítica lo separe una delgada línea que a menudo se traspasa con él con silbidos en el Santiago Bernabéu.
Porque Benzema tampoco es un luchador que se gane el aplauso fácil. Futbolista de calidad se ha ganado el máximo respeto de compañeros y entrenadores con movimientos de los que se benefician todos, asistiendo últimamente más que marcando. En Villarreal lo repitió y a Cristiano Ronaldo se le vio más agradecido que nunca a un francés que no sonríe en el campo.
Por eso tiene un trato especial de Carlo Ancelotti. En banda recibió un mensaje al oído. De agradecimiento. Venía de una suplencia por rotación pero no es egoísta. Ni impaciente. Generoso cabeceó en carrera para llevarse el pase en largo, aguantó y asistió. Una más pero otro partido sin gol.
RAÚL JIMÉNEZ
Pocos futbolistas de la Liga BBVA necesitaban tanto un gol como Raúl Jiménez. La sombra de Diego Costa es alargada y en un Atlético de Madrid en el momento más bonito de su historia, la exigencia llega de la mano a los éxitos. Mario Mandzukic y Raúl Jiménez llegaron para cubrir todo lo que aportaba el hispano-brasileño. Con cualidades totalmente distintas. Perdiendo esas carreras contra el mundo que muchas veces acababan en gol.
A Mandzukic se le conocía bien y ha sido recibido como merece. Pero a Raúl, desconocido en España, sólo le faltaba una mala gestión de su cuenta en Twitter, que desvelaba su amor hacia el Real Madrid, para que la paciencia no existiese en cuanto encadenó varios partidos perdido, aún acoplándose a un nuevo estilo de fútbol y asimilando los conceptos de Simeone.
El técnico argentino ha sido su primer defensor. Y encontró el premio ante el Sevilla, en un testarazo en plancha que puso el broche a la goleada y que desató una celebración con rabia. Agarrando ese escudo que comienza a sentir, respondiendo a los silbidos que también se dirigieron al Cholo por protegerle ante el Celta de un cambio que veía todo el estadio. Se transformaron de nuevo en ovación y cánticos. Los goles son el mejor remedio futbolístico.
MANUEL AGUDO 'NOLITO'
Con el permiso de Valencia y Sevilla, aparece en el inicio del campeonato de la Liga BBVA un equipo revelación. De esos con los que no se contaba en posiciones europeas y que se lo ha ganado a base de buen fútbol. Con valentía. Es el Celta de Vigo de Eduardo Berizzo que lo lidera un descarado y ambicioso Nolito, en el mejor momento de la carrera de un goleador habilidoso.
Berizzo mejora el proyecto que diseñó Luis Enrique y lo hace con un mensaje ofensivo encabezado por Nolito. Sus goles siempre dejan gestos de calidad de un futbolista envalentonado por su buena racha, que ha encontrado en Vigo su segundo hogar y el lugar perfecto para explotar sus cualidades.
Habilidad y gol en sus botas. Futbolista que por su cabeza siempre pasa el desequilibrio cuando entra en contacto con el esférico. Encara y remata. Un crecimiento que no está pasando desapercibido para el seleccionador Vicente del Bosque.
LEO BAPTISTAO
Regresó al Rayo Vallecano, su casa en España, dejando una gran preocupación en el cuerpo técnico. No era el mismo que se fue, ni en su cabeza ni en el físico. Estar en el Atlético de Madrid sin ser de los elegidos del Cholo Simeone provoca que no trabajes con la misma intensidad y adquieras vicios en el día a día por corregir.
Su cesión al Real Betis tampoco dio el fruto esperado en la segunda mitad de la pasada temporada. El dinero, que tanto manda en el fútbol, se impuso al deseo del jugador.
En esta ocasión nada impidió su vuelta al Rayo en forma de cesión. Leo se plantó. Era Vallecas o quedarse en el Atlético con todas las consecuencias que conllevaba eso. Lo consiguió y de golpe se ha vuelto a sentir importante. Paco le ha devuelto la autoestima perdida y mientras le encuentra la zona donde más daño hace, como nueve o caído a banda, el brasileño ha comenzado a responder con goles.
Cuatro en dos partidos que dan seis puntos de oro a un Rayo que hasta ahora merecía más pero caía fruto de su descaro. Baptistao tiene mucho que decir en el lugar donde alcanzó la felicidad.
PABLO SARABIA
Cuatro derrotas en cinco partidos empujaban al Getafe a la necesidad en un partido convertido en final a las primeras de cambio. La ansiedad marcaba el inicio del duelo ante un Málaga crecido en su moral tras empatar ante el poderoso Barcelona, cuando apareció el fútbol personificado en Pablo Sarabia. Fue el faro que guió a su equipo hacia un triunfo de oro con acciones repletas de criterio.
Sarabia hizo todo bien en una mañana desangelada en el Coliseum Alfonso Pérez. Los pocos aficionados que acudieron a la cita disfrutaron de un futbolista que explotó los espacios para aparecer y desequilibrar, poner criterio a cada balón que tocó, ver pases por lugares donde pocos llegan y echarse a su equipo a las espaldas para la resurrección. Solo le falta continuidad, al canterano madridista le sobra calidad para hacer mejores a los que le rodean.