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El Real Madrid, campeón de la Euroliga en 2015, juega este viernes en Moscú un auténtico duelo entre campeones ante un CSKA que es el vigente tenedor del título y que es el único equipo que se mantiene invicto después de las cinco primeras jornadas de la Euroliga.

La dificultad del partido está clara para todo el mundo. Históricamente el balance se decanta del lado de los rusos con un 12-4 desde el año 2000 y con un 26-13, además de un empate, en todos los partidos jugados entre ambos desde 1963.

TEODOSIC Y DE COLO, EL PELIGRO

En el último encuentro, jugado en Madrid en el Top 16 de la temporada pasada, los moscovitas se impusieron por 87-96. También es meridiano que el serbio Milos Teodosic y el francés Nando De Colo son dos de los cinco mejores jugadores europeos que no están en la NBA, y que los dos son las armas más letales con las que cuenta el CSKA.

Dicho esto, el Madrid es consciente de que deberá hacer un gran partido con "cuarenta minutos de un muy buen baloncesto", en palabras del entrenador de los españoles, Pablo Laso, si quiere optar a la victoria.

La historia habla de ventaja rusa y también los números de las cinco jornadas de Euroliga disputadas, ya que el CSKA es el máximo anotador, con 92,4 puntos de media, y deja a sus rivales en 80,6, mientras que el Madrid anota 90 puntos y recibe 81.8. Pero el Real Madrid también tiene sus armas. No es un equipo manco, ni carece de virtudes. Eso sí, deberá sacar a relucir su mejor versión si quiere conseguir la victoria.

THOMPKINS, BAJA

Laso confirmó que Trey Thompkins no viajará con la expedición madridista a Moscú ya que "ha estado toda la semana con gripe", mientras que en el CSKA será baja el pívot británico Joel Freeland.

Una victoria en Moscú sería un auténtico golpe de autoridad para un Real Madrid que tras perder en Liga, en el Palau ante el Barcelona, puede ver cómo se le complican las cosas en esta primera parte de la temporada, toda vez que la próxima semana recibe al Panathinaikos, el miércoles, y debe viajar el viernes a Barcelona de nuevo para medirse a los azulgranas, esta vez en la Euroliga.

Ganar el duelo entre campeones supondría un empujón en las aspiraciones de un Real Madrid que todavía no ha conseguido mantener un nivel alto de juego durante un partido completo. Las lagunas que tiene de concentración pueden salirle muy caras en una plaza tan comprometida como la de Moscú.