La operación Modric se complica. Como casi siempre que entra en acción el Chelsea, el precio del jugador aumenta y el Madrid no está dispuesto a caer en esa trampa. Abramovich, el dueño del club inglés, ha dicho que puede pagar lo que sea pero ya se sabe cuál es su "modus operandi": cuando quiere a un jugador, se interesa, acepta pagar un precio inicial , puja al alza si hay competencia y luego compra o no.
El Madrid lo sabe, como sabe que la mesura,en estos casos, es fundamental. Mourinho quiere al croata, le considera prioritario en materia de refuerzos. El Real Madrid le apoya, pero ha fijado entorno a los 30 millones, su tope para la puja. No quiere ofrecer más.
¿Cosas que facilitarían el fichaje del todavía jugador del Tottenham? La venta, por ejemplo, de Kaká. Hay ofertas por el brasileño: el París Saint Germain, por ejemplo. Pero es que él no quiere irse.
El Tottenham ya da por perdido al jugador. De hecho, el nuevo entrenador, André Villas- Boas habría dado su ok al fichaje del centrocampista islandés Sigursson, gesto que podría interpretarse como una aceptación de la realidad: Modric quiere irse, preferentemente al Madrid. Pero si no pudiera ser, la entidad madridista tiene más opciones... muy a pesar de Abramovich.