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Rafa Nadal dejó escapar por segunda vez en su carrera la final de la Copa de Maestros al perder en Londres ante el serbio Novak Djokovic por 6-3 y 6-4, en una hora y 36 minutos.

El número uno del mundo ya cayó hace tres años, ante el suizo Roger Federer, en el partido decisivo del torneo que reúne al término de cada temporada a los ocho mejores tenistas del ránking, uno de los pocos títulos que le faltan por ganar al mallorquín.

La rabia le sirvió al de Belgrado para arrollar en el primer tramo del partido a Nadal, que en 12 minutos perdía por 3-0. Dos dobles faltas del español habían facilitado la primera ruptura de Djokovic, si bien Nadal reaccionó con eficacia ante ese contundente marcador y fue capaz de remontar el set hasta 3-3.

La calma se impuso durante un único juego, y después Nadal volvió cometer dos dobles faltas, una oportunidad que el segundo tenista del mundo no dejó escapar para ponerse 3-5 y cerrar el primer set a su favor. El español golpeó el aire con el puño, en un gesto de impotencia, cuando la última bola de ese juego, ya inalcanzable, pasó por su izquierda.

La pista dura bajo techo es un escenario que favorece a los rivales de Nadal, si bien el balear ya demostró en las semifinales, ante Federer, que es capaz de ganar a cualquiera en todos los escenarios. En esta ocasión, ante sí tenía a un Djokovic que parecía inabordable y que le torturaba con su juego agresivo y sus subidas a la red.

El serbio volvió a marcharse por delante con ventaja al inicio del segundo set y ese hueco resultó insalvable para Nadal, que defendió dos bolas de partido antes de claudicar a la tercera oportunidad. E

"NO FUI CONSTANTE"

Nadal afirmó que el "nivel de tenis, pero en el saque no lo fue. Eso es lo primero que pienso cuando repaso el partido. Le di demasiadas oportunidades con mi saque". Sostuvo que jugó "un buen partido" pero le faltó "consistencia" y más precisión al servicio, dado que "en este tipo de pistas el saque es casi lo más importante", afirmó.

"Por lo demás, no estuve lejos de su nivel", analizó el español, que optaba en Londres a levantar por primera vez la Copa de Maestros, uno de los pocos torneos que falta en su palmarés.

"No es un tema de presión, no me presioné nada. Sabía que era un partido complicado y que él venía un poco mejor que yo. También que las condiciones de la pista son más favorables para él", apuntó Nadal, que durante el torneo ha lamentado que la Copa de Maestros se dispute todos los años en pista cubierta, un escenario que a priori favorece a sus rivales.

Con todo, Nadal agradeció el apoyo que ha recibido desde las gradas durante este torneo y toda la temporada.

"Nunca he jugado en un estadio 'in-door' tan bonito como este. Creo que el torneo está fantástico donde está, ojalá se pueda establecer aquí (en Londres) durante mucho tiempo", afirmó Nadal.