Lucas Eguibar vive unas jornadas felices en Corea del Sur, donde el viernes ejerció de abanderado español en la ceremonia de apertura de los Juegos de invierno de PyeongChang, el día de su vigésimo cuarto cumpleaños, y este lunes está entre los elegidos para probar el circuito del Phoenix Snow Park, donde competirá en el boardercross del jueves.
En una entrevista con la Agencia EFE este domingo en PyeongChang, Eguibar, doble subcampeón en los Mundiales de Sierra Nevada 2017 y ganador de la Copa del Mundo 2014-15, comenta cómo afronta la que puede ser su gran cita; y explica el apoyo que supone para él su familia y, en especial, su hermano Nico, que sufrió un grave accidente de moto hace unos años que le dejó daños cerebrales de los que, poco a poco, se va recuperando.
Puede ser su gran momento, pero tiene 24 años y con 28 o 32 también tendría su oportunidad, de nuevo en unos Juegos. ¿Ve esta cita olímpica como un 'ahora o nunca'?
Hombre, yo por una parte diría que es un paso para lo que va a venir, porque a la gente a la que me mido me saca bastantes años. Y sé que cuando yo llegue a su edad, estaré bastante más preparado, con más experiencia y todo lo que tienen ellos. Así que por una parte yo diría que es un paso más de todo lo que va a venir.
Pero por otro lado, por todo lo que he vivido en mi vida, ésta puede ser una oportunidad que no me vuelva a surgir. Así que estoy aquí; y voy a darlo todo. ¿Que luego resulta que es dentro de cuatro años cuando esté mejor preparado? Pues ya está. Pero hay que hacer lo que nos toca. Yo he venido a darlo todo. Como si no hubiese un mañana.
Se le nota contento. ¿Sigue disfrutando?
Por supuesto. Yo vengo a competir, a luchar por las medallas. Pero de aquí a que llegue el día de la carrera, y también espero hacerlo ese día, estoy disfrutando de todo lo que son los Juegos Olímpicos.
En cualquiera de los casos, a usted le preguntamos por podios y medallas, pero ser olímpico ya supone un hecho diferencial, ¿no? No todo el mundo puede decir que lo ha sido.
Yo conozco a muchos deportistas. Y he visto a gente que de verdad se ha dejado la piel y se ha vuelto loco por intentar ir a unos Juegos Olímpicos. Y ver eso me ha ayudado a valorar las cosas.
Para mí conseguir la clasificación para los Juegos para mí no ha sido difícil. Y estoy aquí para luchar por las medallas. Mi sueño siempre fue estar en unos Juegos y ése ya lo conseguí. Pero al ver ahora que estás tan cerca, quieres conseguir una medalla.
¿La de oro?
Claro, para eso entreno. Ese es el objetivo. Me motiva mirar hacia arriba del todo, a la cima de la montaña.
¿Viene su hermano Nico?
Sí, están volando hacia aquí ahora mismo. Vienen mis dos hermanos (Nico y Sara) y mi madre (Graciela); y también vienen mi prima María y mi tía Idoia. Y dos amigos míos, Lucas, que estaba en el equipo hace años, y su hermano Mateo (Saez, promotores del premiado vídeo motivacional 'Gigantes paralelos', que narra la recuperación de su hermano mayor tras el grave accidente de moto que le dejó daños cerebrales).
Son de Candanchú, nos conocemos desde enanos. Y Lucas es el que me lleva muchas cosas ahora, con el tema del 'snow'. Llevamos muchos años unidos y me hace mucha ilusión de que estén aquí, porque Corea del Sur no pilla muy mano, precisamente. Han venido desde la otra punta del mundo a verme. Estoy muy contento, sobre todo para que mi madre y mi hermanos disfruten de lo que voy a disfrutar yo.
¿Y Nico? ¿Qué le dice su hermano Nico?
¿Nico? ¿Qué no me dice Nico? Me dice de todo (ríe). El día que fui abanderado me decía que sonriese y que ondeara bien la bandera... no para de decirme cosas.
¿Le dice que va a ganar una medalla, también?
Sí, por supuesto. Siempre me anima. Él y todos. Saben que lo he conseguido otras veces y que lo puedo volver a conseguir. Esta temporada vengo de una mala racha y me animan. Antes del Mundial (de Sierra Nevada, el año pasado) también lo hicieron.
Llegué como nada a esa carrera. Hice el trabajo que tenía que hacer. Y salió. Aquí es lo mismo. Vengo de una mala racha de carreras. Pero sé que es un día el que tengo que tener bueno. Y no me influye para nada el resto de las cosas.