Urbas Fuenlabrada | @BFuenlabrada
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Ganar en Andorra o sufrir durante la próxima semana para mantener su plaza en la Liga Endesa. Esa es la dicotomía a la que se enfrenta el Urbas Fuenlabrada, que desperdició una ocasión de oro en casa perdiendo ante el Coosur Betis (77-82) y ahora se ve obligad a ganar fuera, algo que solo ha hecho una vez esta temporada, este sábado (18.00 horas) en Andorra.

Con diez victorias, el conjunto fuenlabreño solo tiene una de margen sobre el descenso que marcan el Andorra y el Hereda San Pablo Burgos. A ambos los va a visitar en las tres jornadas que restan: mañana jugará en el Principado, y dentro de una semana lo hará en Burgos, en una última jornada a la que el Urbas tratará de llegar salvado.

Para hacerlo, es imprescindible ganar en el Poliesportiu d'Andorra. Ya lo ha hecho en otras ocasiones el conjunto madrileño, en 2016 y 2017, pero en esta campaña solo se ha anotado una victoria fuera del Fernando Martín, en Zaragoza. Una derrota en el Principado les igualaría en victorias y si fuera por más de 13 puntos (la renta favorable que tiene el Fuenlabrada de la ida, cuando ganó 91-78) provocaría que el Morabanc se pusiera por delante.

Ante las dificultades, el conjunto madrileño apela a la concentración para evitar los nervios y tendrá que imponer su ritmo. "Nosotros jugamos normalmente a más puntos, mientras que ellos últimamente van sobre 70 puntos. Cada equipo tendrá su plan de partido y vamos a ver lo que pasa, lo que no debería ocurrir es que se estire el marcador demasiado", señaló el entrenador, Josep María Raventós.

En principio, el preparador catalán va a contar con todos sus jugadores -salvo Osas Ehigiator, que no ha podido debutar esta temporada-, con lo que deberá hacer un descarte, ya que desde la llegada del estadounidense Lamar Peters tiene un exceso de fichas. En la última jornada, contra el Betis, el jugador que quedó fuera fue el alero congoleño Christian Eyenga.

Con esas armas se enfrentará a un Andorra que no solo se ha reforzado en el parqué sino también en el banquillo con un entrenador muy querido en el conjunto fuenlabreño, Óscar Quintana, que dirigió al equipo en su ascenso a la máxima categoría del baloncesto español y en sus primeras temporadas en la ACB, además de ser hermano del actual presidente del Fuenlabrada.

En el Principado, el Urbas tendrá el apoyo de una representación de su hinchada, que se pegará una auténtica paliza en autobús, saliendo esa misma mañana de sábado a las 6.00 para llegar a Andorra, animar en el encuentro, y volverse a casa por carretera. Pese a lo maratoniano del viaje, las plazas ofertadas por el club se agotaron en apenas 24 horas.

"Si ellos se van a meter esa paliza de viaje nosotros tenemos que responder en el campo", resaltó el entrenador del Urbas Fuenlabrada, que aspira a resarcirse de la derrota ante el Betis -respecto a la que el club ha solicitado la repetición del partido por desacuerdo con las acciones arbitrales- con un triunfo en Andorra. De lo contrario, le espera una semana de muchos nervios.