El Leganés se amarra al liderato gracias a Diego García

Un doblete de Diego García sirvió al Leganés para lograr en casa ante el Burgos una victoria con autoridad (2-0), sin alardes pero sufriendo poco, que le permite seguir acomodado en lo más alto de la tabla clasificatoria.

Le tocaba al líder cerrar la jornada, esta menos propicia que otras recientes porque habían ganado muchos de sus oponentes directos. Pero una vez más los locales demostraron que no entienden de presión, que confían en que lo que están haciendo durante este curso les valga para pelear por el ascenso.

Los jugadores blanquiazules no salieron ni extramotivados ni temerosos, simplemente tranquilos. Y el devenir del choque les hizo estarlo aún más, porque a los veinte minutos ya ganaban por 2-0 ante un rival demasiado acelerado e impreciso en la elaboración.

De hecho, el primero de los tantos llegó en una falta lateral cometida tras una mala salida de balón. La colgó al área Francisco Portillo y la despejó un zaguero de cabeza, cayendo el esférico a Óscar Ureña. Le pegó este de manera defectuosa, pero su intento se encontró por el camino con Diego García, quien controló y marcó de tiro raso cruzado.

No fue suficiente para el delantero, que cinco minutos después transformó el segundo al cabecear con comodidad un saque de esquina servido por Portillo. Fue el premio a una jugada que había sacado él mismo de la nada, primero peleando con José Antonio Caro por un balón intrascendente que el portero despejó a saque de banda y acto seguido fajándose con los zagueros para convertir esa acción en un córner.

Gran ejemplo de las virtudes de un punta que no escatima en esfuerzos y que, durante las últimas semanas, ha cargado sobre su espalda con el peso del ataque ante las ausencias de varios compañeros. Pudo incluso redondear su noche antes del descanso, pero su disparo a bocajarro tras un centro de Ureña lo despejó Caro.

También tuvo las suyas el Burgos antes del paso por vestuarios, cuando dio más orden a su ímpetu. Las subidas de José Matos por la banda izquierda se convirtieron en un gran recurso que pudieron aprovechar Álex Sancris y Fer Niño. El primero se encontró con un palo y con Diego Conde y el segundo marcó gol en otro acercamiento, pero las dos jugadas fueron invalidadas por fuera de juego.

En el retorno al césped salió el anfitrión conjurado para certificar los tres puntos que ya tenía a mano. Se vio entonces su versión más pragmática, aquella en la que lo vistoso deja paso a lo necesario. Y en esta ocasión lo que le hizo falta fue despejar centros laterales, la herramienta a la que recurrió el bando visitante para inquietar.

En uno de ellos se acercó al gol Ander Martín, pero respondió bien Diego Conde. Y en los demás el propio arquero o los defensas se afanaron en achicar, con solvencia, todo lo que caía en el área. Así fueron pasando los minutos sin demasiadas cosas destacables más allá del retorno tras lesión en el Leganés de Miguel de la Fuente, máximo goleador del equipo.