Sergio Llull y Laprovittola | EFE
(Actualizado

El Real Madrid inicia una nueva temporada en la Euroliga como uno de los principales favoritos después de que el pasado curso se quedase sin la opción de revalidar su entorchado de la 2022-2023 tras caer en la final contra el Panathinaikos griego.

Aquella derrota fue un revés doloroso después de que el conjunto blanco completase una excelente campaña en el torneo; arrancando la fase regular con diez victorias seguidas, firmando el mejor balance de un equipo en la primera vuelta de la misma (16-1) y finalmente logrando el récord de victorias con 27.

A esos grandes registros les dieron continuidad ganando 3-0 su serie de playoffs contra el Baskonia e imponiéndose con solvencia al Olympiacos griego en el primer partido de la final a cuatro disputada en Berlín. Solo el último paso, en una mala tarde, empañó el gran trabajo realizado.

Ahora vuelven a la máxima competición continental con la plantilla y las ilusiones renovadas. Al igual que sucede con sus rivales, el cuadro español se ha reforzado con fuerza en verano, en gran parte debido a la necesidad ante la salida de tres referentes del vestuario como eran Rudy Fernández, Sergio Rodríguez y Fabien Causeur.

La elite europea, a por el trono del Panathinaikos

Retirados los dos primeros y con el tercero poniendo rumbo a Milán, Sergio Llull queda como el único veterano dentro de un plantel en el que nombres como Facundo Campazzo, vigente MVP; Dzanan Musa; Walter Tavares; y Mario Hezonja están llamados a dar un paso adelante en materia de liderazgo, dentro y fuera de la pista, que complemente su calidad e influencia en el juego.

La continuidad de estos dos últimos han sido la gran noticia de este verano toda vez que se temía que ambos, capitales para el técnico Chus Mateo, abandonasen la entidad ante el interés de otros grandes equipos.

Llull: “La Euroliga es muy exigente pero la responsabilidad es estar arriba”

Lo que no ha podido hacer el club es retener al pívot francés Vincent Poirier, ahora en el Anadolu Efes turco, y a su compatriota Guerschon Yabusele, con quien se contaba pero que ha puesto rumbo a los Philadelphia 76ers de la NBA gracias a su buena actuación en los Juegos Olímpicos. Además también se ha ido el base Carlos Alocén.

Para cubrir esos huecos el club ha entrado con fuerza en el mercado a fin de seguir siendo competitivo. Así, en la dirección de juego ha apostado por el dominicano Andrés Feliz debido a su buen papel en el Joventut; ha incorporado al base-escolta canadiense Xavier Rathan-Mayes procedente del Enisey ruso; y ha traído de vuelta a dos conocidos como Usman Garuba, tras su paso por la NBA, y Serge Ibaka, desde el Bayern de Múnich.

Chus Mateo: “Nuestro reto en la Euroliga es mantener el nivel del año pasado”

A todos ellos se suma como novedad respecto a los últimos meses el retorno del argentino Gabriel Deck, quien al igual que en la 2022-2023 se perdió el tramo más decisivo del calendario por lesión, dejando a los suyos sin una pieza muy importante para pelear por lo máximo.

A la espera de un refuerzo más para ganar profundidad de plantilla en un una temporada que será de nuevo muy exigente debido a la gran cantidad de partidos, el grupo volverá a ser ambicioso en busca de su duodécimo entorchado de campeón europeo, ampliando su ventaja al frente de un palmarés que ya lidera.