El Real Madrid se enfrenta el próximo miércoles ante uno de los retos más complejos de su historia reciente.
Puede resultar difícil de entender teniendo en cuenta que hablamos de un equipo que ganó su décima Copa de Europa remontando en el minuto 93; le dio la vuelta a una eliminatoria contra el PSG yendo dos tantos por debajo; e hizo lo propio con el todopoderoso Manchester City en los dos últimos minutos de tiempo reglamentario.
Esta vez, en contraposición a todas las mencionadas anteriormente, los argumentos futbolísticos son prácticamente nulos.
La mala gestión y planificación de la temporada han provocado que una de las mejores plantillas de la historia del club blanco no encuentre un estilo de juego reconocible y sea tremendamente vulnerable.
El partido de ida en el Emirates refleja a la perfección la incapacidad e impotencia de los muchachos de Carletto.
Son los mejores futbolistas del mundo y, aun así, no encuentran el fútbol necesario para desplegar su verdadero potencial.
El reto es complicado, prácticamente imposible; pero esto es la Champions, esto es el Real Madrid y este es el Santiago Bernabéu.
El templo merengue acostumbra a presenciar sucesos paranormales. En Chamartín, las célebres "noches mágicas europeas" hacen que lo imposible cobre verosimilitud con una facilidad digna de estudio. Sobre el verde del coliseo blanco, los mejores equipos del mundo son manejados al antojo de un "rey" que, aunque a veces parece sobre la lona, tiene la capacidad de despertar justo a tiempo para legitimar su corona en el Viejo Continente.
El decálogo de remontadas del Real Madrid
Dejando la épica y el contexto a un lado (que sin duda jugarán un papel determinante en la eliminatoria), pasemos a exponer qué motivos tiene el madridismo para confiar en la remontada.
El primer arreón blanco puede resultar determinante. Si el Real Madrid logra ser efectivo y anotar en los primeros 15 o 20 minutos de juego, tendrá mucho ganado.
El Arsenal es un gran equipo, pero ni está acostumbrado a competir en Champions ni es consciente del ambiente que le tiene preparado la parroquia merengue.
Este primer gol de los muchachos de Ancelotti, sin lugar a dudas, inclinaría el verde sobre la meta gunner y provocaría, más allá de que se consiga o no, que el partido se hiciera eterno para los ingleses.
Llegó la hora de la 'BMVR'
A partir de ahí, es el momento de que las estrellas den un paso al frente. El actual plantel blanco es una auténtica galaxia, pero, hasta el momento, ninguno de ellos ha sido capaz de erigirse como líder indiscutible en la presente temporada.
Mbappé debe demostrar que vino para brillar en noches como esta. Vinicius necesita reencontrarse a sí mismo y volver a ser el mejor futbolista del mundo. Bellingham tendrá que dejar patente su don para resultar determinante en momentos clave. Y Rodrygo tiene ante sí la oportunidad de reivindicarse, dar un golpe sobre la mesa y volver a gritar al planeta fútbol que, como dice Jude, "solo los tontos olvidan la 'R'".
No obstante, aunque evidentemente todos los focos estarán sobre la 'BMVR', en un partido de este calibre todos y cada uno de los jugadores (tanto los que salen de inicio, como los que parten desde el banquillo) juegan un papel indispensable.
El planteamiento ofensivo y valiente que, a priori, propondrá el Real Madrid, obliga a correr muchos riesgos en faceta defensiva. Por ello, además de la efectividad en el área rival, se requerirá una solvencia y seguridad plenas para sacar adelante esta eliminatoria.
El ida y vuelta; las transiciones vertiginosas; y un sinfín de ocasiones protagonizarán este auténtico partidazo. El 'Manicomio de Chamartín' está preparado para abrir sus puertas y, a la espera de ver qué acaba ocurriendo en estos apasionantes cuartos de final, podemos asegurar que disfrutaremos de un espectáculo futbolístico a la altura de la mejor competición de clubes a nivel continental.