La marcha por decisión propia de Andoni Iraola pone fin a un ciclo de ensueño de tres temporadas del Rayo Vallecano, en las que el técnico vasco devolvió al club a Primera y, con un trabajo silencioso y una propuesta de juego atractiva, hizo soñar con una final de Copa del Rey y el regreso a Europa.
La apuesta que hizo el Rayo en junio de 2020 por Andoni Iraola ya figura en el libro de historia del club vallecano como uno de los grandes aciertos de la directiva que preside Raúl Martín Presa.
El técnico vasco, con sobrada experiencia como futbolista de elite tras 510 partidos oficiales con el Athletic Club de Bilbao, llegó al Rayo sin apenas recorrido como entrenador. En su currículo solo estaba su paso por el AEK Larnaca, con el que logró la Supercopa de Chipre, y el Mirandés, con el que celebró una permanencia holgada en Segunda y disputó las semifinales de Copa del Rey.
En su primera temporada en el Rayo, en la 2020/2021, lo primero que tuvo que hacer es olvidar la alargada sombra de Paco Jémez, un técnico dado a los titulares y con mucho protagonismo sobre su figura. Desde el principio, Iraola impuso la discreción, se centró en su trabajo y fue configurando un equipo que fue de menos a más y acabó lanzado en la promoción, en la que se deshizo de Leganés y Girona para ascender a Primera.
El segundo curso, el correspondiente a la temporada 2021/2022, Iraola demostró su valía, siguió fiel a su estilo de juego ofensivo, solidez defensiva y posesión de balón, y dio una auténtica lección de saber gestionar el vestuario cuando en la segunda vuelta se complicaron las cosas tras doce partidos sin ganar. Al final celebró una permanencia holgada y llevó al equipo a la semifinal de la Copa del Rey, de la que quedó eliminado con un gol del Betis en el tiempo añadido del partido de vuelta.
La tercera temporada, la 2022/2023, debía ser la de consolidación y el guión se cumplió a la perfección. La permanencia, el verdadero objetivo, se logró con varias jornadas de antelación y hasta el último partido la opción de entrar en Europa fue una realidad al afrontar ese último encuentro a un solo punto de la séptima plaza. Además, las victorias frente a Real Madrid, Barcelona o Villarreal dieron brillo al equipo.
La idea del Rayo Vallecano era que Iraola continuase una temporada más en el club madrileño, que incluso le trasladó una oferta de renovación hace unas semanas al certificar la salvación, pero el técnico vasco decidió poner fin a su etapa en la entidad tres años después de su llegada.
"No es una decisión tomada de un día para el otro. No ha sido sorpresa para el club. Tenía la decisión tomada. No es por un motivo o porque tenga algo con otro club. Llevo tres años muy a gusto y considero que es el momento adecuado", dijo Iraola, en su conferencia de prensa el 27 de mayo.
Las tres buenas temporadas realizadas al frente del Rayo han revalorizado a Iraola, por el que ya han mostrado interés varios equipos tanto de España como del extranjero. De hecho, en el pasado mercado de invierno, el Leeds United ya quiso hacerse con sus servicios, algo que reconoció el propio entrenador y sobre lo que llegó a hablar con Martín Presa, pero ante su negativa decidió seguir adelante con el compromiso firmado hasta junio de este 2023.
Lo más importante, aparte de los resultados deportivos, es que Iraola supo dotar de estabilidad al equipo tras un periodo convulso que comenzó con el traumático descenso a Segunda de 2016, que inició cuatro años muy irregulares en los que pasaron por el banquillo José Ramón Sandoval, Rubén Baraja, Miguel Ángel Sánchez Muñoz 'Míchel', que fue destituido, y Paco Jémez, que en su regreso no pudo clasificar al equipo para la promoción en el curso marcado por la pandemia.
La marcha de Iraola abre un nuevo periodo en el club vallecano, que busca comandante que lo dirija a buen puerto. Su sombra es alargada, por sus resultados, el buen juego desplegado, su actitud en el día a día y su concepto de lo que es un equipo.
La afición ha valorado su trabajo y prueba de ello es que en su último partido en Vallecas la despedida brindada fue con honores, algo que no todos pueden decir al marcharse del Rayo.