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Siempre latente en las dos últimas temporadas, el desencuentro de Joao Félix con Diego Simeone, su entrenador en el Atlético de Madrid, afloró en el último partido contra el Brujas en el estadio Metropolitano, con el enfado visible del atacante portugués por su actual situación, suplente en cada uno de los últimos cuatro encuentros, culminado sin minutos en un partido de la trascendencia absoluta del miércoles en la Liga de Campeones y alejado de la eclosión aún pendiente y determinante a la que apuntó ya el pasado curso.
En su recorrido hacia el banquillo, en cuanto comprobó que ya no iba a jugar (desde el 7 de diciembre del pasado año no le ocurría tal situación por decisión técnica, también en la Liga de Campeones, en la última jornada de la fase de grupos en Do Dragao, cuando su equipo venció por 1-3) lanzó su peto al suelo.
En el recuerdo queda algún gesto en momentos similares, como aquel dirigido a Simeone contra el Villarreal cuando marcó un gol en febrero de 2021 en el estadio de la Cerámica, cuando tampoco era titular fijo en el once, cuando tampoco disponía de la confianza para el once del técnico, como también ocurre ahora.
El último derbi contra el Real Madrid, el pasado 18 de septiembre, con derrota por 1-2, cuando sufrió un golpe en los primeros minutos, marca su titularidad más reciente con el Atlético. Hasta entonces, llegó como un hombre aparentemente indiscutible este ejercicio en el esquema del técnico argentino, ganado a pulso por sus méritos en la pretemporada y en los primeros compases del curso. Había jugado siete de los primeros ocho duelos desde el once, con la única excepción del Celta, en el que descansó por rotación, con la Champions a la vista.
Desde entonces, tras el parón por las últimas fechas FIFA, no ha vuelto a jugar desde el once inicial de Simeone. "Joao no ha cambiado nada. Sus compañeros que están compitiendo con él están mejor y el entrenador entiende que otros chicos están mejor que él en estos momentos", expuso el técnico el pasado martes para explicar la suplencia repetitiva del atacante en un tramo de la competición de suma importancia para el equipo, porque en Sevilla se jugaba la vida en la Liga y con el Brujas la supervivencia en la Liga de Campeones.
No formó parte de la alineación en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán contra el Sevilla, con la elección para el ataque de Álvaro Morata como único delantero, con Marcos Llorente a la derecha y Matheus Cunha a la izquierda. Jugó los últimos instantes. Entró al campo en el minuto 87, por el lesionado Nahuel Molina.
Tampoco jugó de inicio en Brujas, en la derrota por 2-0, con Antoine Griezmann y Morata como delanteros de partida y con él para los últimos 10 minutos. Ni contra el Girona, con Matheus Cunha y Correa en el ataque, cuando disputó cuarto de hora, antes de quedarse sin ningún protagonismo este miércoles.
El Menino de ouro calentó el segundo tiempo en la banda del Metropolitano. No fue la elección ni para la primera tanda de cambios (Álvaro Morata, Yannick Carrasco y Rodrigo de Paul, reaparecido tras su polémica imagen en una gala de premios en Miami cuando tenía permiso del club para ausentarse de los entrenamientos por un tema familiar grave, por Koke Resurrección, Ángel Correa y Thomas Lemar), ni para la segunda (Matheus Cunha por Saúl Ñíguez), ni para la tercera, cuando eligió a Axel Witsel en lugar de a él, con 0-0 en el marcador, ya con los otros cuatro delanteros de la plantilla con recorrido en el partido.
"Pensé en Cunha a la derecha, Joao a la izquierda y Morata arriba, pero veía que ellos tenían fuerzas para salir al contragolpe, porque la necesidad nos estaba generando querer ganar el partido y atacar. Y entendía que la fortaleza en el medio campo nos podía generar más seguridad, ya que Griezmann empezaba a bajar su energía. En ese medio campo para atacar estaba muy bien, pero para sostenernos.... Y entró Axel (Witsel), salió bien, como lo que buscábamos, para seguir atacando, teniendo ocasiones, equilibrando para no perder el partido y quedarnos afuera de la Champions. Y en ese ida y vuelta de elección, tomé la decisión esa", dijo Simeone al término del encuentro contra el Brujas en rueda de prensa.
Otra vez, entre los cinco delanteros de los que dispone el técnico argentino en su plantilla (Griezmann, Correa, Morata, Cunha y él), Joao Félix fue la última opción, como ocurrió contra el Girona, en el choque anterior frente al Brujas y ante el Sevilla, cuando siempre había sido el primero en las elecciones del entrenador en el primer tramo de la temporada.
Entre esos cuatro duelos, sólo ha contabilizado 45 de los 387 minutos de su equipo, tiempos añadidos incluidos. Es un 11 por ciento. Sólo Ivo Grbic (0 minutos), Mario Hermoso (0) y Rodrigo de Paul (35) han jugado menos que él, aparte de Felipe Monteiro y Sergio Reguilón, que han sido baja en cada uno de ellos.
En esa secuencia de cuatro encuentros, con dos victorias, un empate y una derrota, al mismo tiempo, Simeone ha empleado en alguna ocasión como titulares en las posiciones atacantes o en las que puede jugar Joao Félix, ya sea en la delantera, en las bandas o como un hombre ofensivo en el centro del campo, a todos y cada uno de sus jugadores de ese perfil en la plantilla (Morata, Cunha, Correa, Griezmann, Carrasco, Llorente y Lemar) menos a él.
Es indicativo de su momento actual, cuando partió la temporada como el número uno para las alineaciones de Diego Simeone, cuando su fútbol sobre el terreno de juego hablaba por sí mismo de las posibilidades del delantero portugués, aunque también con la sensación, por un lado, de que todas sus cualidades, inconstantes, no han provocado su eclosión definitiva ni lo han hecho todavía un futbolista absolutamente determinante y, por otro, de que el técnico no ha demostrado la convicción en él que sí ha tenido con otros jugadores.
Joao Félix no ha marcado ningún gol en esta temporada. "Los números están ahí a la vista. Joao es un jugador muy importante para el club, sobre todo también para el equipo. Lo necesitamos. En este periodo no ha logrado encontrarse con lo más importante que él entiende, que es el gol. Y eso le produce una frustración. El gol llegará en consecuencia de su trabajo. Está trabajando bien y en base a esta línea de involucrarse y centrándose en lo importante, que es el equipo, el gol llegará", valoró Simeone el pasado martes, 24 horas antes de no contar con él ni en el once ni en ninguno de los cambios contra el Brujas.
En contraste, de no ser por él, aquella famosa Liga de 14 que proclamaron el técnico y el club después de la sonora derrota por 0-1 con el Levante en el Metropolitano el pasado febrero, quizá no habría alcanzado su objetivo de la clasificación para la Liga de Campeones.
En torno a su liderazgo surgió entonces la reacción del equipo, con seis goles y dos asistencias y once de los doce encuentros de inicio, entre la Liga (fue tercero, cuando entonces era sexto, y enlazó seis triunfo seguidos en el campeonato) y la Liga de Campeones (fue eliminado en los cuartos de final por el Manchester City) tras el batacazo con el conjunto valenciano hasta la lesión muscular que lo apartó de las últimas seis citas de su equipo en la pasada campaña.
Titular a lo largo de su carrera de tres temporadas y el inicio de ésta en el Atlético en 80 de los 123 encuentros disponible a las órdenes de Simeone (un 65 por ciento), con 29 tantos, no siempre fue tan determinante para su equipo, aunque sí lo ha sido visiblemente en 21 partidos, en los que sus goles, bien porque abrió el marcador o bien porque fue decisivo, o sus asistencias fueron determinantes para ganar 16 encuentros y para empatar otros cinco. Quince de ellos corresponden a sus 90 duelos en la Liga; seis a sus 25 choques en la Liga de Campeones.
Ahora, a sus 22 años, ha retrocedido al pasado, a momentos en los que también sintió la suplencia como algo más habitual que la titularidad, aunque entonces siempre hubo matices en recorridos tan largos (o más) en el banquillo que ahora.
El ejemplo más reciente corresponde a los cuatro duelos seguidos como suplente entre el 4 y el 18 de diciembre pasados, recién salido de una lesión muscular, pero ha habido más: otros cuatro entre el 3 y el 21 de enero de 2021, cuando sufrió un tremendo golpe en el pie, y seis en el tramo final de aquella misma campaña, por el dolor y la lesión en el tobillo derecho que mermó su rendimiento y de la que se operó justo al terminar esa temporada. Nada comparable a la situación actual.
Entretanto, un gesto en el entrenamiento de este jueves, captado por La Sexta y publicado en las redes sociales, también alimentó la polémica. Después de una jugada de la sesión que terminó en gol, el atacante portugués se llevó la mano derecha a la boca en señal de silencio durante unos instantes. Después, explicó que iba dirigido a su compañero Rodrigo de Paul a través de un mensaje de Twitter: "De Paul qué tienes que decir? (dos emoticonos de carcajadas) No se puede competir en el entreno ahora".
La mirada ya está en el encuentro del próximo sábado contra el Athletic Club, con las bajas en el Atlético de Marcos Llorente, Felipe Monteiro y Sergio Reguilón, por lesión, y de nuevo con la incógnita de si Joao Félix recuperará el sitio perdido en el once, mientras asoma el Mundial de Qatar 2022... Y un futuro incierto.