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Nunca en ninguna de sus diez temporadas completas anteriores al frente del Atlético de Madrid, Diego Simeone y su equipo rebasaron el primer tercio de LaLiga Santander con una puntuación tan baja en 14 jornadas, apenas 24 de 42 posibles, un 57 por ciento, ni tan lejos como está ahora del liderato de la clasificación, 13 puntos, en un desplome general que afecta a cada línea, a cada mecanismo, a cada partido.
Ni los resultados, antes una garantía y un argumento irrebatible, sortean la indefinición, la inconstancia y la caída visible del conjunto dirigido por el técnico argentino, que sólo ha ganado cuatro de sus últimos 14 partidos entre todas las competiciones (un 28% de sus duelos entre la Liga -cuatro de nueve- y la Liga de Campeones -cero de cinco-), que vive en el filo del abismo, al que cayó en la Champions y al que se aproxima en la Liga, mientras aguarda el sábado la Copa del Rey, cuando visita al Almazán, cinco categorías por debajo, en Soria.
El título de Liga ya parece una quimera. Son trece puntos de desventaja con el Barcelona, que comanda la tabla. Jamás en la era Simeone llegó a estas alturas tan lejos de la cima con 14 choques. Ni en 2021-22, cuando estaba a siete; ni en 2020-21, cuando él era el líder; ni en 2019-20, a cuatro; ni en 2018-19, a tres; ni en 2017-18, a seis; ni en 2016-17, a nueve; ni en 2015-16, a dos; ni en 2014-15, a cuatro; ni en 2013-14, a tres; ni en 2012-13, a seis.
Tampoco nunca había sumado los mismos puntos o menos que ahora en este tramo inicial de la competición liguera. Este curso ha llegado hasta aquí con 24 puntos, fruto de siete triunfos (de los que tres fueron en las primeras cinco jornadas y de los que cinco son fuera de casa), tres empates y cuatro derrotas, el doble de las que sufrió en el irregular pasado curso en este momento del torneo e inimaginables en otras campañas, cuando, como mucho, había perdido tres encuentros en 14 jornadas en sólo una ocasión, en 2016-17.
Sus 24 puntos son la peor cantidad a estas alturas de toda la era Simeone. No sólo de las mejores Ligas bajo su mando (los 37 puntos de 2013-14 o los 33 de 2020-21, cuando fue campeón; o los 34 de 2012-13, los 32 de 2014-15 y 2015-16 y los 30 de 2017-18), sino también de otras con más dudas que certezas, como fueron la pasada (26 puntos), 2019-20 (25), 2018-19 (25) y 2016-17 (25), que marcan una tendencia visible.
Porque el Atlético de Simeone concentra sus seis temporadas con menos puntos a estas alturas en las siete más recientes: en este curso, en el anterior, en 2019-20, en 2018-19, en 2017-18 (aunque entonces tenía 30 puntos) y en 2016-17, con la excepción del ejercicio 2020-21 en el que se proclamó campeón de la Liga y que altera una dinámica indudable desde los números y desde el juego, en contraste con sus primeros cuatro años, todos por encima de los 30 puntos y de las diez victorias en 14 jornadas. Actualmente, ha logrado siete triunfos.
"Decir que nos ha faltado contundencia todos los partidos es una excusa muy simple. Es verdad que estamos cometiendo muchos errores defensivos que nos ponen el partido cuesta arriba, que nos ponen los partidos a tener siempre que ir a buscar cambiar el resultado. Y eso nos genera complicaciones", dijo el técnico. "Seguimos cometiendo errores defensivos que nos generan al primer toque ir atrás del partido y, claro, se hace complejo después psicológicamente tener que resolverlo", insistió.
"Es una jugada muy simple que no la pudimos resolver de la mejor manera", apuntó sobre el 1-0 del Mallorca, que empieza cuando tres defensas del Atlético se estorban entre sí cuando van a por el mismo balón aéreo ante Vredaj Muriqi, dejan una jugada viva que recoge escorado el delantero para jugar hacia atrás, sin que nadie atienda a un tiro lejano que no atrapa Oblak, antes de tres toques de su rival en el área, incluido el gol de Muriqi.
"Estamos encontrándonos con ese gol que nos perturba y nos genera una dificultad en el partido. Son situaciones que se podían haber resuelto de mejor manera. A la primera que han tenido, han marcado", reiteró Simeone, cuyo equipo naufraga en el origen de todo, en su aspecto más esencial desde que tomó el mando allá por el 7 de enero de 2012, tan vulnerable que hasta los propios rivales lo aprecian de inmediato. No es fiable.
En nueve de sus 20 partidos oficiales de esta campaña empezó por detrás en el marcador. Nunca remontó para lograr la victoria. Ni en las derrotas contra el Villarreal (0-2), el Bayer Leverkusen (2-0), el Real Madrid (1-2), el Brujas (2-0), el Cádiz (3-2), el Oporto (2-1) y el Mallorca (1-0). Ni en los empates contra el Bayer Leverkusen en el Metropolitano (2-2), con aquella carambola maldita con el tiempo cumplido, con el penalti fallado por Yannick Carrasco, el cabezazo de Saúl al larguero y el último tiro de Reinildo Mandava, ni frente al Espanyol en el mismo escenario, cuando recibió el 0-1 contra diez jugadores rivales (1-1).
También le falta gol arriba. Es indudable. Como también delata una falta de ideas o mecanismos cuando aborda una defensa cerrada de su adversario. Y una imprecisión impropia de este nivel en su medio campo, sin verticalidad, sin acierto, sin profundidad, sin control y sin desborde en cada uno de los sectores ofensivos, encomendado sin ir más lejos en el estadio Visit Mallorca a una sucesión de centros laterales casi nunca sin rematador, muy ventajosos para los defensores.
Dañada su identidad desde que fue campeón en 2020-21, la última vez que se reconoció a sí mismo el equipo, tras las turbulencias del pasado y el actual curso, no hay que remontarse demasiado, al pasado febrero, para detectar una crisis parecida a la actual, cuando fue derrotado por el Levante, entonces colista, por 0-1 en el Metropolitano para poner más que en duda el objetivo prioritario de la clasificación de la Liga de Campeones, como le ocurre ahora, aunque entonces su reacción fue rotunda: seis victorias seguidas y 32 de 42 puntos.
La última secuencia (fuera de las eliminatorias ya sea de la Liga de Campeones o de la Liga Europa por única vez en toda la era Simeone) agrava la herida, con cinco partidos consecutivos sin ganar, incluidas tres derrotas en los últimos cuatro duelos, entre todos los torneos.
Y relegado fuera de las cuatro primeras plazas. Es sexto, justo cuando aparece el parón por el Mundial de Qatar 2022. Un margen para rearmarse. Y tiempo y trabajo para reencontrarse con sí mismo, como también hizo en 2019-20 tras la pandemia, cuando resurgió invencible en las once jornadas finales, con siete triunfos y cuatro empates.
"Está claro que se pare el campeonato en la Liga va a generar un poco más de tranquilidad para poder trabajar seguramente, para recuperar en plenitud a los Koke, Lemar, Reguilón, que necesitamos y que después del Mundial ojalá que vengan con la ilusión de poder revertir esta situación, que obviamente es difícil", asumió Simeone en 'Dazn', al término de la derrota contra el Mallorca por 1-0, igual que la campaña pasada.
A falta de la configuración definitiva de todas las convocatorias de las selecciones, Simeone se quedará para la 'pretemporada' en Madrid, tras las vacaciones de dos semanas que habrá en cuanto juegue el equipo el duelo de la Copa del Rey del próximo sábado, con al menos diez jugadores (Oblak, Savic, Hermoso, Felipe Monteiro, Reinildo, Reguilón, Saúl, Kondogbia, Lemar y Cunha), pero perderá, dependiendo de si se cumplen o no los pronósticos de las convocatorias en algunos casos, a doce de los 22 de su plantilla, que irán a competir a la cita intercontinental de Qatar 2022.
Son el portero Ivo Grbic, los defensas Nahuel Molina y José María Giménez, los centrocampistas Rodrigo de Paul, Marcos Llorente, Axel Witsel y Koke Resurrección, el extremo Yannick Carrasco y los atacantes Antoine Griezmann, Joao Félix, Álvaro Morata y quizá Ángel Correa.
"Lo que me ocupa es tratar ahora de terminar bien la Copa del Rey, el partido que nos queda, y con los futbolistas que se quedarán trabajar bien, fuerte y esperar a los que vengan del Mundial para afrontar la segunda parte del torneo con la mayor ilusión y la responsabilidad consecuente. Me ocupa el hecho de buscar soluciones para encontrar el espacio de los 70 minutos en adelante (ante el Mallorca)", explicó Simeone, "con la energía para creer que la situación cambiará" cuando el conjunto rojiblanco empiece a "encontrar los goles".