España y el Leganés, en manos de los hermanos Conde Alcolado
María, internacional con la Selección española de baloncesto; Diego, portero del líder Leganés
Efe
María forma parte de la lista de las quince jugadoras con más minutos por partido de la Euroliga femenina de baloncesto con el USK Praga y, entre otras cosas, ha ganado un oro y una plata continentales con la selección absoluta española.
Diego es el portero titular del líder de Segunda división el Leganés, y en 8 de los 11 encuentros que ha jugado, el equipo se ha marchado sin encajar ningún gol. Destacan en sus deportes y tienen algo en común que les diferencia de los demás, comparten los apellidos Conde Alcolado.
Ambos disfrutan personalmente del éxito, pero al mismo tiempo celebran lo que consigue el otro porque han vivido en su piel, y en la ajena, que detrás hay mucho esfuerzo. Ella tuvo que poner rumbo al extranjero desde joven para prosperar. Él, esperar durante años en el banquillo a que le dieran una oportunidad de asentarse bajo los palos como profesional.
"Siento mucho orgullo, pero sobre todo me hace muy feliz porque lleva muchos años trabajando sin tener oportunidades, esperando, en un puesto y un deporte que son complicados. Me puedo imaginar lo frustrante que es, aunque creo que no llego a esos límites en los que ha estado él. Que por fin haya tenido una oportunidad y que la esté aprovechando con todo lo que ello conlleva me pone muy contenta. Ojalá le dure y que lo disfrute", explica María a Efe.
"Mi hermana siempre ha sido una inspiración, no solo ahora sino desde que éramos pequeños. Desde muy jovencita salió de España para luchar por su sueño en un deporte en el que tienes que irte al extranjero para buscarte las habichuelas. Siempre ha demostrado personalidad, carácter, ambición, ganas de pelear por lo suyo más allá de las buenas condiciones que por suerte le ha dado Dios y nuestros padres. Si la gente supiera todo el trabajo que le pone detrás de la pista de baloncesto alucinaría. Es un auténtico ejemplo de superación, de profesionalidad y de personalidad", apunta Diego.
Si ya de por sí es complicado que en una familia nazca un deportista de elite, más difícil es incluso que aparezcan dos. Y esa probabilidad se reduce si encima no practican la misma disciplina. Su caso es extraordinario, aunque las casualidades no siempre existen y la presencia de unos progenitores amantes del deporte ha tenido mucho que ver.
"Tanto el padre como yo nos dedicamos profesionalmente al deporte. Yo he hecho educación física, mi marido fue competidor internacional de taekwondo. Montamos instalaciones deportivas. Nuestro mundo estaba vinculado. Aparte para nosotros era esencial por la forma de educación, yo siempre digo que hay que saber nadar y practicar un deporte de equipo porque las relaciones son diferentes", afirma Pilar Alcolado, madre de los dos.
"El tiempo que estás haciendo deporte no estás en la calle. El objetivo era que se aficionasen a alguno, que pudiesen llegar a los 16 ó 18 practicándolo. Al final han hecho multitud de ellos y estamos orgullosos y encantados con el resultado", señala Pilar, que asegura que los dos siguen siendo igual que eran antes.
Desde temprano en casa detectaron el talento: "A Diego por su agilidad, por su velocidad de reacción, por sus reflejos; le veías de pequeño y pensabas que se iba a dedicar profesionalmente a ello aunque nunca piensas que puede llegar a este nivel. De María mi marido siempre decía que tenía mucho swing botando, que parecía que había nacido con un balón en las manos. Sueñas con que algún día lleguen, pero no lo piensas cuando empiezan".
Sin embargo tener un don no garantiza nada: "Siento un orgullo muy grande porque la vida para ellos no ha sido fácil. Son muchos sacrificios, tienes que renunciar a mucho y se te tienen que dar las cosas bien para que puedas en un futuro disfrutar de lo trabajado. Con María, más o menos, ha ido rodado todo pero Diego ha estado muchas temporadas en el banquillo y verle ahora jugar es un premio grandísimo el que hemos recibido".
La confianza de uno en el otro también ha existido. Así, María cree que Diego "tenía las capacidades y las ganas de trabajar y hacer las cosas" y que "si le daban una oportunidad iba a aprovecharla". Su hermano opina que la otra Conde "iba a ser profesional del deporte que le diese la gana porque tenía unas capacidades físicas superiores" a lo que sus ojos veían por aquel entonces.
Como muestra de esto último, una anécdota: "Cuando a mi me cogieron para el Atlético de Madrid a ella también, pero a esa edad se tenía que decantar por un deporte o por otro, porque no eran compatibles a nivel espacio-tiempo. Se decantó por el baloncesto y por lo que parece no se ha equivocado".
"A mi hermana yo la considero una artista en su deporte; tiene ese don de brillar, de que le salga innato. Además creo que tiene una capacidad física soberbia, que en general está un puntito por encima de sus competidoras, lo que le da un salto diferencial. Tiene también capacidad de superación, de entrega, de constancia...", subraya.
La jugadora de baloncesto tiene claro lo que querría tener del portero: "Creo que es muy duro, mentalmente bastante más duro que yo, y eso que yo creo que soy una persona muy dura y hemos pasado los dos muchas cosas. La parte de lo que él ha vivido a mi no me ha tocado, he tenido la suerte de que en el baloncesto somos menos personas en un equipo y que siempre he tenido la oportunidad de jugar. Nunca he vivido estar periodos muy largos de tiempo sin jugar".
"La dureza que él ha mostrado ahí, su perseverancia y el saber que cuando la oportunidad llegue vas a estar preparado... es muy fácil decirlo cuando es un mes pero cuando son años es algo muy difícil de hacer. Admiro su perseverancia y su confianza en que las cosas iban a llegar y que él valía para ello", añade.
Hay algo en lo que coinciden los tres protagonistas, madre e hijos, y es que cuando se juntan las conversaciones sobre deporte son residuales. Lo reconoce Pilar, lo aclara María indicando que "cuando nos juntamos después de no vernos es para hablar de nosotros y de nuestras vidas" y lo remata desde la portería Diego: "Intentamos disfrutar de los momentos juntos y hablar de otras cosas que tenemos en común. Mi hermana aparte de deportista es mi amiga, y como tal hablo con ella de mi millones de cosas, nos reímos y hacemos payasadas juntos".