Marcelo, el jugador más laureado de la historia del Real Madrid, con 24 títulos, ha sido el encargado de acceder a la diosa Cibeles y colocarle la bandera y la bufanda del Real Madrid en un acto que ha congregado a casi cien mil aficionados blancos.
El escenario habitual de la celebración de los títulos del club blanco se ha convertido en un hervidero de hinchas instantes después de concluir el encuentro en el Santiago Bernabéu, en el que el cuadro del italiano Carlo Ancelotti necesitaba tan solo un punto para amarrar la trigésima quinta corona liguera.
Mientras que en el Bernabéu el equipo festejaba junto a los aficionados que habían llenado el coliseo blanco, las calles que dan acceso a la fuente de La Cibeles, completamente vallada, se han convertido en una riada de público que busca sitio para ubicarse lo mejor posible.
Hace dos temporadas el Real Madrid no pudo celebrar la consecución del trigésimo cuarto título liguero por la pandemia. Las ganas de seguidores y jugadores, como reconocieron estos en el mismo césped del Bernabéu de acudir a Cibeles, son superiores incluso a otras ocasiones.