El Real Madrid es líder en solitario del Grupo C de la Liga de Campeones juvenil tras una primera parte para enmarcar ante el Nápoles, de dominio y pegada con tres goles que pudieron ser más, un poderío inalcanzable para el equipo italiano y un doblete de Gonzalo que cerró la goleada (0-4).
La diferencia de goles le da el primer puesto al Real Madrid, con pleno de triunfos en dos jornadas, como el Braga, que se perfila como gran rival en el grupo tras vencer en Alemania al Union Berlín.
En Nápoles pasó un rodillo blanco. Lanzado tras dos victorias ligueras y las dos europeas. Con más trabajo en la primera jornada para remontar en el Di Stéfano al Union Berlín (2-1), que en Italia, donde siempre impuso su potencial. Instalado en campo contrario, dominador del juego, con llegadas continuas que minimizaron al rival.
Se mantuvo en pie como pudo el Nápoles, desbordado siempre por las subidas de dos laterales ofensivos como Fortea y Yusi. Una bendición para Arbeloa por la cantidad de ocasiones que generan. En zona de remate siempre preparados Iker Bravo y Gonzalo, que hizo el primero de penalti a los 21 minutos tras un claro derribo en un recorte de Hugo de Llanos.
Se perdió el estreno europeo al estar citado con el primer equipo. En su primera aparición puso en la escuadra la pena máxima y cerró la goleada en un mano a mano a los 62 minutos. Por entonces el partido ya estaba sentenciado porque el Real Madrid siempre quiso más y no levantó el pie.
Manuel Ángel había acariciado el gol con un disparo ajustado desde la frontal y lo encontró de la forma más inesperada, metiendo la cabeza a un balón suelto por un control irregular de Iker Bravo tras un centro, como no, de Yusi. Era el minuto 37 y aún hubo tiempo antes del descanso para el tercer tanto del partido.
De Llanos exhibió su llegada en un contragolpe, con un disparo de primeras desde fuera del área tras el desmarque, la atracción de rivales y el pase de Iker, que encontró la gran definición de un futbolista al que se le caen los goles.