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Los seguidores de los Vancouver Canucks no han sabido aceptar la derrota de su equipo en la final de la liga de hockey sobre hielo (NHL) ante los Boston Bruins y han generado numerosos disturbios en la ciudad canadiense, hasta el punto de quemar y volcar vehículos, romper cristales y atacar a los policías, que se han tenido que emplear con dureza y hasta con violencia para detenr en parte el enfado de los aficionados, traducido en múltiples desperfectos materiales en la ciudad.

Era el séptimo partido de la final, el resultado era de empate a 3 victorias, todas conseguidas en los partidos de casa, y se esperaba que siguiera la tónica con victoria de los locales en el encuentro definitivo. Pero los barbudos de Boston lograron un resultado concluyente de 4 goles a cero y se llevaron la Stanley Cup, cosa que no ha sentado muy bien a la ilusionada afición canadiense de Vancouver.

Las imágenes lo explican todo, con fuego, columnas de humo, hasta un aficionado colgado de un semáforo. Indigno todo ello de una avanzada ciudad que hace poco más de uno año albergó los Juegos Olímpicos de invierno.