Iñigo Pérez celebra su primer año en Vallecas con el Rayo en cotas históricas

Iñigo Pérez celebra su primer año en el banquillo del Rayo Vallecano, en un momento en el que el club vallecano vive una nueva época dorada en su centenaria historia, clasificado en puestos europeos y con el récord de nueve partidos invictos en la Liga.

Pérez se estrenó como primer entrenador al llegar a Vallecas, donde había sido segundo de Andoni Iraola, y un año después, se ha convertido en el técnico revelación, al haber colocado al conjunto madrileño en sexta posición, con cuatro puntos de ventaja sobre el siguiente y con el Barcelona como próximo rival en Montjüic el próximo lunes.

El exjugador navarro, que se retiró en junio de 2022 tras militar durante quince años en el Athletic, Osasuna, Numancia, Mallorca y Huesca, se ha puesto a la altura de técnicos legendarios del Rayo, como Juande Ramos, Paco Jémez y el propio Iraola, su preceptor.

“Cualquier comparación con Iraola salgo perdiendo”, aseguró Iñigo Pérez del actual técnico del Bournemouth inglés tras derrotar al Valladolid la pasada semana y batir el récord de encuentros sin perder en la competición liguera, con cinco victorias y cuatro empates, un mérito que atribuye “exclusivamente a los jugadores”.

Para el preparador navarro, su primer año en el Rayo “ha sido realmente bueno”, después de que en la pasada temporada, en la que relevó a Francisco Rodríguez, sufriera para lograr la permanencia y de que en la presente esté saboreando las mieles del éxito.

Iñigo Pérez tomó las riendas del equipo con 36 años, convirtiéndose en el técnico más joven de Primera, distinción que ha pasado a tenerla en esta campaña el del Celta de Vigo, Claudio Giráldez, un mes más joven.

“Para mí no sería fácil hacer caso a un chico que no tiene experiencia como entrenador, que es casi de mi edad y que está todos los días exigiéndome al máximo. Han tenido esa humildad, quitarse su ego, responder, hacer caso y confiar”, valora de su plantilla y de cómo le ha acogido en este primer año.

Educado en sus formas, cercano a los jugadores y amante de la estrategia, Iñigo Pérez se ha volcado en en aportar a su jugadores equilibrio entre la vertiente “emocional y futbolística”, reto que se marcó al coger el timón del equipo, con el que se estrenó en Vallecas ante el Real Madrid (1-1).

En 2014, con 26 años, sufrió un cuadro de estrés durante su estancia en Mallorca, por lo que decidió regresar a casa para reincorporarse al Athletic.

En el club al que llegó con trece años desde Pamplona, logró recuperarse de la mano de Ernesto Valverde, a quien siempre le ha agradecido el cariño humano que le brindó.

Además de por su juventud, Iñigo Pérez es un técnico singular por su pasión por la literatura y, en particular, la poesía. Varias de las despedidas de los equipos en los que ha militado las ha acompañado de mensajes cargados de estilismo.

En su adiós al Numancia, recurrió a estrofas de Antonio Machado de Campos de Castilla al definirse como “un caminante que hace camino al andar”.

Y al irse de Osasuna, en puertas de anunciar su retirada como jugador, lo hizo con sus propios versos: “Llegó el momento de partir / llegó el momento del adiós / llegó el momento de dejar que otros lo hgan mejor / siempre esperando el regreso al lugar en el que sonrió / agradecido y sonrojado por obtener lo no merecido”.

Con contrato en vigor hasta junio de este año, Iñigo Pérez aplica la estrategia de jornada a jornada, sin entrar a pronunciarse sobre si renovará o buscará otros horizontes, convencido de que “las evaluaciones se hacen al final”.