El australiano Jake Wightman surgió incontenible en la última vuelta de la final de 1.500 metros de los Mundiales de Eugene para alzarse con la medalla de oro con un tiempo de 3:29.23, batiendo al campeón olímpico, el noruego Jakob Ingebrigtsen (3:29.47), que había controlado la carrera desde el 800, y al español Mohamed Katir, bronce con 3:29.90.
El cuarto puesto de Mario García Romo con 3:30.20, rebajando su marca personal en más de cinco segundos, y el undécimo de Ignacio Fontes (3:34.71) redondeó un gran éxito para el atletismo español en la prueba reina del mediofondo, que le ha dado ya seis medallas en Mundiales (tres platas y tres bronces).
La guerra de Ingebrigtsen en el mediofondo mundial contra la armada africana obtuvo el pasado año, al fin, el premio apetecido con la medalla de oro olímpica de 1.500 en Tokio al cabo de un soberbio mano a mano con Timothy Cheruiyot, defensor del título en Eugene.
La precocidad de Jakob impresiona: con 21 años ya ha sido campeón olímpico y de Europa y ha batido el récord mundial en pista cubierta con 3:30.60. Le faltaba el título mundial. Perseguía en Eugene, de hecho, su primera medalla en campeonatos del mundo. Tendrá que esperar.
Pero su derrota ante Samuel Tefera este año en el Mundial bajo techo, pocos días antes de dar positivo en covid, demostraba que Ingebrigtsen es vulnerable frente a los "killers" si no ha sido capaz de infligirles suficiente castigo antes del esprint.
En la final de este martes, los kenianos Abel Kipsang y Timothy Cheruiyot -defensor del título, marcaron el ritmo en las primeras vueltas, hasta que en el 800 (1:51.94) Ingebrigtsen tomó la cabeza prologando un ritmo vivo que acabó encareciendo las medallas hasta el punto que fue necesario bajar de 3:30 para subir al podio.
Ingebrigtsen aspiraba a devolver el título a Europa después de 39 años (el británico Steve Cram fue el primer campeón, en Helsinki 1983), pero no contaba con Wightman, que había llegado a Eugene con la segunda mejor marca del año y aguantó todos los ritmos para llegar al múltimo giro en condiciones de imponer su esprint letal, mientras por detrás los españoles Katir y García Romo progresaban en la recta hasta los puestos tercero y cuarto.
El australiano, que competía sin presión mediática, a diferencia de los grandes favoritos, rompe así la racha de victorias consecutivas de atletas kenianos, que habían dominado las cinco últimas ediciones.
España, que por quinta vez en 19 ediciones de los campeonatos del mundo alineaba a tres hombres en la final (la última vez en Osaka 2007), es el país europeo con más medallas en esta disciplina (3 playas y 3 bronces) y el el cuarto del mundo.