Agentes de la Policía Nacional han detenido a Kike Salas, jugador del Sevilla Fútbol Club, por presuntamente forzar que le sacaran tarjetas amarillas para que personas de su entorno ganaran dinero con apuestas deportivas.
Un juzgado de Morón de la Frontera (Sevilla) investiga al futbolista por un presunto delito de estafa, según ha adelantado El Confidencial y confirman a Europa Press fuentes policiales.
Además, han sido arrestados dos amigos del defensa del Sevilla, según las citadas fuentes, en el marco de una investigación que indagará ahora en el análisis de diferentes pruebas, entre ellas las conversaciones mediante los teléfonos móviles.
La investigación indaga en presuntas apuestas ilegales por las que el jugador habría forzado tarjetas amarillas en encuentros oficiales de La Liga en connivencia con personas de su entorno.
Los partidos se celebraron en el tramo final de la pasada temporada, en la que el equipo hispalense consiguió mantenerse en Primera División.
Los investigadores sospechan que el sevillista podría haber participado en una treintena de apuestas amañadas desde Morón de la Frontera, lo que habría generado unas ganancias de unos 10.000 euros en un mes, según las primeras indagaciones.
Se trata de una investigación del Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas (Cenpida), que está adscrito a la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), por ser la encargada de la prevención de este tipo de amaños y fraudes.
Compareció ante la Policía tras entrenar y quedó en libertad
Kike Salas se entrenó con su equipo y, posteriormente, compareció en una comisaría de la Policía Nacional por este caso, tras lo que quedó en libertad como investigado.
Fuentes jurídicas informaronde que el futbolista, una vez completado el entrenamiento de este martes, fue acompañado por agentes policiales desde la Ciudad Deportiva del Sevilla hasta la comisaría de Morón de la Frontera (Sevilla), su localidad natal, para que prestase declaración por estos hechos que investiga un juzgado de este municipio.
En la comisaría de Morón, el internacional español sub'21 se acogió a su derecho constitucional a no declarar, aunque la Policía Nacional, antes de decidir que quedase en libertad, le clonó su teléfono móvil para poder comprobar las comunicaciones del canterano con amigos y personas de su entorno que se habrían beneficiado de este supuesto caso de apuestas amañadas.