Si hubo un hombre que frustró al Athletic esta jornada, ese no fue otro que David Soria. El portero del Getafe, con un hombre menos durante media por la expulsión de Jorge Cuenca, fue el último baluarte de su equipo, rendido a la actuación de un guardameta que ha alcanzado su punto de madurez perfecto.
Soria es un ejemplo de sobriedad bajo los palos. No es muy dado a completar actuaciones espectaculares, de esas que copan titulares y resúmenes de televisión. Pero tampoco suele fallar. Apenas comete errores. Es un seguro de vida para el equipo dirigido por Quique Sánchez Flores, que en San Mamés salió con vida gracias a la actuación de su portero.
En esta ocasión, Soria sí que mereció acaparar focos. Fue la figura del choque. Puso su envergadura, reflejos, altura y agilidad al servicio de sus compañeros, que en medio del asedio rojiblanco resistió gracias a las intervenciones de su guardameta. Sobre todo, amargó a un hombre: Dani Vivian.
El vigoroso central del Athletic se encontró con Soria en varias ocasiones. Acabó desesperado, en ocasiones hasta se llevó las manos a la cabeza. Y es que, Vivian, un gran rematador, acechó el área del Getafe multitud de veces para rematar córners y faltas. Tanto en la primera, como en la segunda parte. Hasta en tres intentos, estuvo a punto de lograr su premio. Sin embargo, siempre acabó igual: tras un cabezazo de Vivian, aparecía una mano de Soria.
Pero Vivian no fue la única víctima del portero del Getafe. También desfilaron por sus manos Iñaki Williams, Mikel Vesga o Álex Berenguer. También otros muchos chocaron contra un muro infranqueable. En total, el Athletic remató 22 veces, 11 de ellas a puerta y sólo una acabó en gol. Yeray Álvarez, con un zurdazo imparable, fue el único capaz de batir al portero del Getafe. Lo hizo en la primera parte para empatar un partido que nadie ganaría (1-1).
Después del partido, desde los dos bandos, no dudaron en elogiar al héroe del Getafe: "David ha hecho un partido enorme. Nos va a venir muy bien en el tramo final. Lo más difícil es llegar y el Athletic llegó bien, utilizó bien el campo, remató y a veces te encuentras con un portero que aborta una tras otra", resaltó Quique Sánchez Flores en sala de prensa.
Marcelino García Toral, técnico del Athletic, también tuvo buenas palabras para Soria. "El equipo se levantó tras el gol de Enes Ünal, tuvimos múltiples ocasiones de gol, con Soria muy bien. Nada que objetar, me voy muy satisfecho con lo que he visto", apuntó.
Soria, sin duda, ha alcanzado su punto de madurez. A sus 28 años, ha encontrado en el Getafe la estabilidad que no tuvo en el Sevilla. En su cuarta temporada en el cuadro azulón, al que llegó para ocupar el hueco de Vicente Guaita, nadie cuestiona la calidad de un portero que paso a paso, sin hacer mucho ruido, se ha convertido en uno de los más sobrios de toda LaLiga Santander.
Y, en un futuro, quien sabe si Luis Enrique puede convocarle para la selección española. La inesperada llamada del portero del Brentford inglés David Raya en la última convocatoria en detrimento de David de Gea, es un ejemplo de que cualquiera que juegue bien, independientemente del nombre del equipo en el que milite, puede ser citado para jugar con España.
A Soria aún le quedan muchos partidos como el de San Mamés para llamar a las puertas de la selección. Mientras éstos llegan, mantiene los pies en el suelo. De momento, para el meta del Getafe, sus actuaciones parece que quedan en un segundo plano: "Me quedo más con el trabajo del equipo", dijo tras coronarse frente al Athletic. Sin duda, Soria ha alcanzado su plena madurez.