Rodrigo de Paul | EFE
(Actualizado

"Este año estuvimos muy cerca de no llegar" al objetivo de la Liga de Campeones, admite Diego Simeone, el entrenador del Atlético de Madrid, entre las contradicciones de la irregular temporada del conjunto rojiblanco, que ha alcanzado la meta del club, pero no la suya, la de salir campeón que pretendía el equipo.

Ha recibido más goles que nunca en una temporada con el técnico argentino, pero tan solo ha anotado dos menos que el pasado curso que fue el ganador del campeonato, o que ha perdido 13 de los 18 puntos contra los equipos descendidos, entre los contrastes con los que termina la campaña.

Del campeón al 'objetivo del club'

Entre la "autocrítica" que hace el propio equipo, por primera vez en toda la era Simeone el técnico ha admitido públicamente, sin matices, cuál era la meta del Atlético al principio del curso: ser campeón. Lo fue hace un año, como un líder casi permanente del torneo, por encima del Real Madrid y del Barcelona, y pretendía serlo en éste, pero no le ha dado para ello, además con la sensación de haber perdido a toda velocidad el tren del liderato.

"Autocrítica un montón, como siempre. Para adentro la autocrítica no tengo ninguna duda de que es más dura que la que ustedes (los medios de comunicación) hacen en la opinión diaria, porque queremos ganar y porque el objetivo del club es estar en Champions, pero nuestro objetivo es salir campeones", reconoció el pasado sábado el técnico argentino, cuyo discurso hacia fuera siempre se movió entre los tres primeros.

Simeone "esperaba más de esta temporada", pero termina satisfecho

En ese sentido, la campaña termina dentro de los parámetros que exige el club, la clasificación por décima temporada consecutiva para la fase de grupos de la Liga de Campeones (una competición que ha supuesto 579 millones de euros de ingresos con el técnico argentino desde 2012-13 hasta 2021-22), tan esencial para la economía de la entidad, pero también lejos de las ambiciones del equipo, limitado a la tercera posición.

Décimo año sin salir del podio... con la segunda peor puntuación de Simeone

Simeone | EFE

A última hora, beneficiado por los fallos del Sevilla, el Atlético sostiene su permanencia inalterable en el podio de LaLiga Santander en todas las temporadas enteras con Simeone. Es un dato revelador del cambio experimentado por el conjunto rojiblanco con el técnico, el único que ha sido capaz de ganarle el campeonato al Real Madrid y al Barcelona en los últimos 18 años... Y además dos veces: 2013-14 y 2020-21.

Segundo en otras dos ocasiones (2017-18 y 2018-19) y tercero en seis (2012-13, 2014-15, 2015-16, 2016-17, 2019-20 y 2021-22), el Atlético ha recuperado el lugar que, como poco, debe estar al final del torneo y que parecía una misión casi imposible hace unos meses, antes de la reacción que lo aupó de nuevo a las plazas de la Liga de Campeones, imprescindibles para la sostenibilidad de la dimensión de sus proyectos como hasta ahora.

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Pero, a la vez, los 71 puntos con los que ha alcanzado la tercera plaza evidencian las recientes dificultades del Atlético de Simeone, que, con la excepción del título y los 86 puntos que logró en el pasado ejercicio, ha firmado sus tres cursos menos productivos en la Liga en las últimas cuatro temporadas: el peor fue en 2019-20 (70 puntos), seguido por el actual (71) y por 2018-19, con 76 puntos, los mismos que logró en 2012-13.

De la Liga de 38 a la Liga de 14

Atlético de Madrid | EFE

El Atlético ha terminado tercero gracias a la Liga de 14 que se planteó en el momento más delicado de la era Simeone, cuando la derrota contra el Levante, entonces colista, en el Wanda Metropolitano por 0-1, el pasado 16 de febrero, lo puso todo en duda, incluso al técnico, por un tramo de 24 jornadas iniciales por debajo de las expectativas, cuando sumó 39 de los 72 puntos por los que compitió. Apenas un 54 por ciento, con una inasumible media de 1,41 goles en contra, con 11 triunfos, seis empates y siete derrotas en esa fase.

Después, en las 14 jornadas finales, el cambio fue radical: 32 puntos de 42 posibles para sumar un 76 por ciento por los que jugó (por el 54 anterior), con diez victorias (una menos que en las 24 citas anteriores y con 10 partidos menos), dos igualadas y dos derrotas, pero, sobre todo, con tan solo nueve tantos en contra, que representan una media de 0,64 por encuentro que contrasta con más del doble las 24 jornadas precedentes.

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"Apareció el partido aquel del Levante, una reunión muy importante de parte del club con nosotros, el cuerpo técnico, y futbolista, donde dejó claro un objetivo y todos nos unimos para poder llegar. Teníamos 11 puntos de desventaja sobre el Sevilla. Nadie imaginaba poder pasarlo, pero una vez más lo logramos, porque todo se centró en algo concreto. Y así el camino siempre es mejor", expresó Simeone.

Trece puntos perdidos contra los descendidos

Atlético de Madrid - Levante | EFE

En el déficit indudable de puntos del Atlético, que ha terminado a quince del liderato del Real Madrid, hay uno que sobresale por encima de todos: los duelos contra los tres equipos descendidos a LaLiga Smartbank.

Entre sus dos choques ante el Levante (una derrota por 0-1 y un empate 2-2), el Granada (perdió 2-1 en el Nuevo Los Cármenes e igualó 0-0 en el Wanda Metropolitano) y el Alavés (cayó 1-0 en Mendizorroza y ganó 4-1 en Madrid), el Atlético ha perdido trece de los 43 puntos que no ha sumado en esta campaña, que se agrandan a 19 si se añade su doble enfrentamiento contra el Mallorca, que venció los dos choques, por 1-2 y por 1-0.

65 goles frente a los peores números defensivos de la década

Ángel Correa | EFE

"Posiblemente, es de las temporadas que más goles hemos hecho, pero también en la que más nos hicieron", reflexionaba Simeone nada más sellar el objetivo de la Liga de Campeones con dos jornadas de antelación en la victoria por 0-2 contra el Elche. Los 43 goles en contra son "un montón" para su equipo, para el "trabajo" que hace y para "la forma" que tiene "de entender la manera" de acercarse "a competir" con los mejores.

Nunca antes, el Atlético recibió tantos goles en una Liga entera con Simeone. Esos 43 tantos en contra ni siquiera se acercan a su peor campaña en ese sentido. La última referencia eran los 31 en contra de 2013-14, pero son doce menos que en el actual ejercicio. Y entonces fue campeón. Comparativamente con el pasado curso son 18 más. Y con su mejor campaña en ese apartado, los 18 de 2015-16, son más del doble: 25 más.

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En contraste, éste ha sido uno de los Atléticos más goleadores de la era Simeone, con 65 tantos a su favor en 38 jornadas, sólo dos por debajo del pasado curso, cuando fue campeón, y a doce de distancia de la mejor de todas, en 2013-14, cuando también consiguió el título de LaLiga Santander con un récord de puntos del club: 90.

Los altibajos de Savic y Giménez

José María Giménez | Telemadrid

"Hemos sufrido mucho con los centrales, porque Savic y Giménez han tenido muchas lesiones, recaídas en sus lesiones...", enfocó el pasado sábado Simeone en su análisis de la temporada, en la que, en concreto en la Liga, ha armado con ambos la defensa titular en 19 de los 38 partidos, con un balance de 13 victorias, 4 empates y 2 derrotas (el 4-2 contra el Barcelona en el Camp Nou y el 0-1 en casa con el Levante).

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Aunque ninguno de los dos ha rendido tampoco a su mejor nivel, en la dinámica que se extiende a prácticamente todas las individualidades, su presencia en el once ha dotado de más solidez al Atlético, que ha sostenido su portería a cero en doce ocasiones esta campaña, de las que nueve fueron con los dos como titulares. Es la pareja en la que más confía Simeone, por encima de otras combinaciones con Felipe o Hermoso.

A su estabilidad en las alineaciones también atribuye Simeone la mejoría del tramo final del campeonato, en la que ambos formaron de inicio juntos en ocho de los 14 encuentros finales, de los que su equipo ganó siete, empató uno y recibió tres goles en contra.

La irrupción de Reinildo, la caída de Hermoso

Reinildo Mandava | @ATLETI

Reinildo Mandava había alcanzado un acuerdo con el Atlético de Madrid para jugar de rojiblanco al final de la temporada, a la conclusión de su contrato con el Lille, pero el panorama que asumía el conjunto madrileño en los meses de diciembre y enero, con seis derrotas en los once encuentros concentrados en ese tramo (17 goles en contra), aceleraron la llegada del lateral izquierdo, reconvertido por Simeone por momentos en un central zurdo y que, a toda velocidad, rebasó a Mario Hermoso (incluso a Lodi) en las preferencias del técnico argentino.

Mientras Reinildo, desde su llegada, ha disputado los 21 partidos posibles, 19 de ellos como titular, Hermoso apenas ha jugado nada más seis de los 18 que estuvo disponible en esa secuencia de encuentros, nada más dos como titular, hasta el punto de que el central, indiscutible en la pasada temporada, en la que su equipo fue campeón, podría salir este verano del club rojiblanco.

El incontestable Joao y la sequía de 17 partidos de Griezmann

Joao Félix celebra el gol del Atlético de Madrid ante el Alavés | EFE

La temporada ha sido la consolidación de Joao Félix, resurgido en el momento que el Atlético más lo necesitaba, cuando las dudas agobiaban al décimo proyecto de la era Simeone, en aquellos meses de diciembre, enero y la primera quincena de febrero, cuando era un equipo irreconocible que perdía mucho más de lo que ganaba: nueve derrotas en los doce choques de entonces, hasta el 0-1 contra el Levante incluido.

No era Joao titular indiscutible. Ni siquiera habitual. Hasta la reacción. Él marcó el 0-1 y dio el 0-2 a Luis Suárez en la victoria por 0-3 ante Osasuna; anotó dos de los tres tantos del triunfo 1-3 contra el Betis en el Benito Villamarín; otro en el 2-1 al Cádiz; dio el 0-1 a Koke Resurrección en Vallecas; y firmó las dos dianas del 4-1 al Alavés, como el factor diferencial de las seis victorias consecutivas que lanzaron al Atlético desde entonces.

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En contraste, Griezmann acaba la temporada en una racha de 17 partidos sin marcar ningún gol, desde su reaparición de la lesión muscular sufrida en diciembre y la posterior recaída en enero, con la trascendencia que tiene un futbolista de su clase. Salvo giro inesperado, continuará en el Atlético, cedido de nuevo por el Barcelona.

La rebaja de Suárez, la desnaturalización de Llorente y la aparición de Cunha

El uruguayo Luis Suárez, con un doblete en la segunda mitad, goleador del Atlético de Madrid junto a Joao Felix | EFE

"Soy un agradecido a Luis Suárez por la temporada pasada, que fue tremenda, y ésta sigue siendo el goleador de nuestro equipo. Con la gente que se comporta de la manera que él lo hizo, siempre 'chapeau", aseguró Simeone sobre el atacante uruguayo, el factor diferencial que hizo campeón al Atlético en 2020-21 con 21 goles y que este curso, con mucho menos protagonismo, sin el rol de titular, bajó hasta los 11 tantos. Ha sido una diferencia, teniendo en cuenta lo decisivo que fue en el año anterior, cuando le dio al Atlético 35 puntos.

También deslumbró entonces Marcos Llorente en posiciones ofensivas, ya fuera como atacante, como extremo o sobre todo como interior derecho. Marcó 12 goles y dio otros once en el Atlético campeón. Este curso liguero no ha anotado ningún tanto y sólo ha asistido en dos. Otra diferencia ofensiva visible en el equipo, aunque con el condicionante de que haya sido el recurso para subsanar el problema de Simeone en el lateral derecho.

Luis Suárez y Herrera reciben el cariño del Atlético en su despedida

"Sufrimos la ausencia de Trippier con el hombro y después con su salida (traspasado al Newcastle en el mercado de invierno) y no pudimos resolver ese espacio como me habría gustado porque trasladamos a Marcos Llorente a un lugar donde no lo siente tan cómodo. Jugó la temporada en un lugar donde no puede demostrar todo el potencial de la temporada pasada", admitió el técnico, que, por contra, descubrió todo lo que le puede dar Matheus Cunha, dinámico, veloz, aún con la definición como asignatura pendiente e importante para la temporada que viene.

La competividad en la Champions y el fiasco de la Copa y la Supercopa

Koke ante el Manchester United | UEFA

En las otras tres competiciones que ha jugado el Atlético en esta temporada también hay contrastes. "La Champions la competimos muy bien. Fue una de las mejores que hemos competido, ya esa en octavos o en cuartos, por la manera de competir contra dos equipos importantes (el Manchester United y el City, respectivamente)", valoró Simeone, cuyo equipo alcanzó los cuartos de final por segunda vez en las últimas cinco temporadas, a pesar de los vaivenes con los que superó el grupo.

En octavos doblegó al Manchester United, con el 1-1 en el Wanda Metropolitano, el 0-1 en Old Trafford y, sobre todo, la superioridad en el global de la eliminatoria. En cuartos fue eliminado por el Manchester City, porque se propuso de verdad el triunfo sólo en el segundo tiempo del duelo de vuelta en su campo. No fue suficiente, aunque tuvo ocasiones, por la derrota en el ultra defensivo aspecto que mostró en el choque de ida (1-0).

El Atlético de Madrid necesita recuperar al mejor Griezmann

En cualquier caso, la Liga de Campeones, en la que también demostró su capacidad para competir con el Liverpool en el 2-3 en Madrid y en la que finalizó como segundo de grupo otra vez (una constante en el último lustro, salvo cuando quedó eliminado en 2017-18), sí mostró una versión que no ocurrió ni en la Copa del Rey, fuera de forma incontestable en octavos ante la Real Sociedad, ni en la Supercopa, doblegado por el Athletic.

La indefinición frente a la variedad

Marcos Llorente | EFE

"No me voy contento para nada. Después de haber ganado la Liga la temporada pasada, siempre tuve la ilusión de poder repetir, pero es un buen mensaje que la vida da diariamente de aprender continuamente. No tengo ninguna duda de que el 4-4-2 y el 5-3-2 que fuimos utilizando en temporadas anteriores (el 4-4-2) y la temporada última (el 5-3-2) también produjo en mí una situación de marearme un poco en los dos lugares. Está claro que no hay mucha diferencia entre los dos. Pero yo sí podía haber hecho más de lo que hice", asumió Simeone el pasado viernes.

Entre la variedad de la plantilla y la elasticidad táctica, presionado por la falta de resultados, Simeone rebuscó soluciones en los nombres, en la estructura, en los planteamientos y en los sistemas sin éxito durante buena parte del curso, cuando las derrotas fueron una constante inasumible para las aspiraciones del conjunto rojiblanco, dentro de la extraña indefinición que transmitía su equipo, vulnerable atrás, como nunca se le recuerda; sin claridad en ataque y sin el equilibrio que siempre caracterizó al equipo.

Después, entre el 4-4-2, sobre todo, y el 5-3-2 (que instauró para ser campeón la pasada Liga, pero que en este tramo final ha empleado menos), o en un híbrido entre los dos dependiendo de las circunstancias del juego y del adversario, recompuso un bloque de nuevo reconocible, firme en la defensa, contundente en el ataque y sin moverse del podio de LaLiga en ninguna de las últimas diez temporadas.