El regreso de Eden Hazard, su conexión con Karim Benzema, el hambre incansable de gol de Sergio Ramos, la pegada en contraposición de la relajación, el nulo efecto de los cambios de Zinedine Zidane. Son las luces y sombras del regreso del Real Madrid a la competición.
El Real Madrid arrancó con triunfo ante el Eibar para responder la exigencia que marcó el líder de LaLiga, el Barcelona, en pleno proceso de adaptación a una nueva vida futbolística.
Con sensaciones extrañas jugando de local lejos del estadio Santiago Bernabéu, midiendo el físico en ritmo de competición en el primer acto antes de rebajar la intensidad con el marcador a favor en el segundo y con los primeros sustos para Zinedine Zidane.
El más preocupante en una demarcación que no tiene doblada en la plantilla, la del lateral derecho. Una torcedura de tobillo de Dani Carvajal provocó un experimento con Ferland Mendy a banda cambiada.
EL REGRESO DE HAZARD
Volvió a los terrenos de juego el belga 113 días después de la intervención de tobillo asumiendo protagonismo en el juego ofensivo, listo físicamente para reclamar el liderazgo que debe tener. Pidió el balón y encaró. Con confianza. Generó desequilibrio, buscó espacios y asistió. Su calidad mejoró la eficacia del Real Madrid en ataque. Tres goles con cinco tiros a puerta en el primer acto.
Con Hazard participando en todos. Con los partidos debe ir a más, con Zidane midiendo el tiempo para evitar un desplome físico. El primer golpe, como suele pasar cuando uno tiene una zona dañada, fue justo en el tobillo derecho operado. Un buen susto para Eden al momento pero que le sirvió para rebajar el miedo. Está para el fútbol de competición y su papel será decisivo en la pelea por la liga del conjunto madridista.
UNA CONEXIÓN REPLETA DE CLASE
La formaron dos de los jugadores madridistas con más técnica de la plantilla. Hazard se asoció con Karim Benzema y conectaron en acciones repletas de calidad. El delantero francés regresó aún más fino de lo que fue. Muestra su preocupación por la vida fuera del terreno de juego, el cambio en su alimentación y el entrenamiento.
Con buen fondo físico para no parar de lanzar movimientos en ataque, se descolgó de la zona del 9, dejándose caer sobre todo al costado izquierdo donde encontró un socio que habla su idioma como Eden. Ilusiona al madridismo esta sociedad con licencia para inventar.
EL INSACIABLE HAMBRE DE RAMOS
Para el capitán cada partido es una oportunidad de seguir haciendo crecer sus números de récord. Cuando el encuentro cogía tintes de amistoso ahí estaba Ramos para meterle intensidad hasta que se retiró por ser uno de los que sufrió un aviso muscular que invitó a no arriesgar ante lo que viene. Cualquier central roba a un rival adelantado y suelta el balón a un compañero de la medular que lance un contragolpe. En la cabeza de Ramos desde el momento de interceptar un pase en su mente se dibuja la oportunidad de marcar. Su tanto dio la tranquilidad necesaria al regreso a la liga. El defensa goleador ya suma 67 dianas ligueras.
LA PEGADA EN CONTRAPOSICIÓN DE LA RELAJACIÓN
Mostró dos caras el equipo madridista. Para Zidane pudo haber relajación y es algo que no se pueden permitir. De ahí el enfado que mostró en la pausa para hidratación de la segunda parte y el posterior en el vestuario. Lo mejor llegó en la primera, cuando sus jugadores mostraron la pegada que faltó buena parte del curso y fueron resolutivos en los últimos metros.
Pocas llegadas a área rival pero efectivas, siempre generando peligro. La ventaja de tres goles al descanso fue un factor clave para levantar el pie. No solo perdió la posesión, también rebajó la intensidad defensiva y esos defectos de concentración se pueden pagar en partidos de mayor igualdad.
Thibaut Courtois salvó lo que pudo y acabó encajando un gol que no le viene bien en su lucha por acabar como el Zamora del campeonato.
CAMBIOS SIN TRASCENDENCIA
La nueva norma de los cinco cambios es un factor decisivo para los equipos grandes, con más fondo de armario. Se va un titular del campo y entra otro de un valor de millones de euros. Sin embargo el primer día el Real Madrid no le sacó partido.
Saltaron Gareth Bale y Vinicius Junior sin ninguna influencia en el partido. Ninguno apareció ni aportó nada en un momento en el que para Zidane es clave tener a todos enchufados en su plantilla ante el reparto de minutos que hará.
Dio la titularidad a Rodrygo por delante de Bale, un nuevo golpe para el galés que no demostró que tenga ganas de revertir la situación cuando saltó al césped. Algunos como Isco o Valverde, que saltó los últimos minutos, fueron reservados para la jornada entre semana. Otros como Marco Asensio necesitan tiempo para ir entrando poco a poco en la dinámica tras once meses de baja.