Luis Enrique y los aspectos a corregir
El amargo sabor de boca que le quedó a la Selección española tras su primer paso camino del Mundial 2022, con un inesperado empate ante Grecia, dejó un puñado de aspectos a corregir por el seleccionador Luis Enrique Martínez, ya desde la obligación de ganar a Georgia y Kosovo en partidos de similares características.
De vapulear a una de las selecciones más potentes del mundo como Alemania, pasó España en su regreso a exhibir dudas frente a una selección de un nivel medio en el panorama europeo como Grecia. Prácticamente con los mismos jugadores pero una filosofía distinta enfrente que nunca supieron interpretar ni encontrar armas para superar el planteamiento rival.
En un país de contrastes, en un partido se pasa de aspirar de nuevo a lo más alto a afirmar que esta selección no tiene capacidad de ganar ningún título. Lo sabe Luis Enrique y por eso tras el mal resultado digirió su enfado y destacó aspectos que le habían gustado de sus jugadores. Un físico imponente para lanzar una presión alta, imponerse siempre en segunda jugada, no permitir al rival lanzar contragolpes y adueñarse del balón.
Sin embargo, España mostró que tiene mucho que corregir en este tipo de partidos que le esperan camino de Catar 2022. Solamente Suecia se atreverá a jugarle de tú a tú, el resto de rivales juntarán líneas y se encerrarán sin complejos en su terreno. Harán que los espacios desaparezcan y provocarán un ejercicio de paciencia a los futbolistas de la Roja, que en ocasiones no tiene buen final.
Porque ante Grecia se volvió a ver un mal endémico de una selección que se adueña de la posesión sin generar peligro. El primer recuerdo de una situación similar es la dolorosa eliminación del último Mundial ante la anfitriona Rusia. El dominio sin verticalidad provoca la posesión estéril y España alcanzó el 80% ante la selección helena.
Abusó del pase horizontal. Sin pérdida que alimentase la ilusión de atacar de Grecia, pero también sin profundidad. Faltaron desmarques de ruptura, una figura entre líneas que asumiese responsabilidad y buscar las bandas, donde en gran parte del encuentro chocaron laterales con exteriores. No hubo centros de peligro desde los costados salvo el inicial que Dani Olmo cabeceó arriba nada más arrancar el encuentro con un panorama que era un espejismo.
La falta de velocidad en la circulación de balón asentó las ideas defensivas de Grecia, que nunca sufrió en el Nuevo Los Cármenes. Su portero apenas recibió dos disparos y solo dejó una parada. Mucho menos de lo que podía imaginar antes de iniciar el duelo ante una selección que ha firmado con brillantez su pase a la fase final de la Liga de Naciones ante rivales de entidad.
"En fase de finalización nos ha faltado finura y frescura", reconoció Luis Enrique. Solo Álvaro Morata tuvo la portería rival en su cabeza. En el gol y en varios intentos de disparos para aumentar a nueve los remates de la Roja.
LA POSICIÓN DE MARCOS LLORENTE
Decidió Luis Enrique premiar el momento de Marcos Llorente con la titularidad aunque fuese lejos de su puesto natural.
No convocó laterales derechos, salvo Pedro Porro, que asciende de la sub'21, porque tenía en su mente apostar por el futbolista que mejor impone su físico en el fútbol español actualmente.
Alejado de la zona de influencia, Marcos rebajó su eficacia. No desbordó ni se incorporó apenas al ataque para poner centros. Sin precisión cuando lo intentó. Nunca apareció al espacio entre líneas enemigas donde genera desequilibrio desde segunda línea.
LA LUZ CON BRYAN GIL
Fue el futbolista que se salió del guión y aportó algo diferente. El seleccionador tiró de los más jóvenes, protagonistas jornada sí y jornada también en LaLiga. Pedri, con 18 años, tuvo un debut amargo. Con marcaje individual y ayudas que le impidieron brillar. Lo intentó sin éxito por la falta de espacios para exhibir su calidad.
Sí lo hizo Bryan pegado a la banda izquierda, encarando siempre cuando recibió, explotando su velocidad. Sin complejos a sus 20 años en un momento delicado del partido. Le faltó precisión en el centro, pero demostró razones para ilusionar a la afición con su figura de regateador que tiende a escasear en el fútbol actual.
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