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Marcelo, segundo capitán del Real Madrid, aseguró en la víspera del duelo ante el PSG en Liga de Campeones, que no tienen herido el orgullo ni tienen "que demostrar nada a nadie", confiado en que la motivación y el trabajo les llevará a superar la ronda de octavos de final.

"Llegamos con una motivación muy grande, sabemos lo que es ganar la Champions y vencer cada partido que nos motiva muchísimo. He ganado muchos títulos con el Real Madrid, pero a diario tengo la motivación de luchar para ganar más. Nos ayuda a luchar por este partido y por lograr el título", manifestó.

"SABEMOS LO QUE PODEMOS DAR"

"No tenemos que demostrar nada a nadie, sabemos lo que podemos dar y es un partido muy bonito que todos los jugadores quieren jugar. Que la gente hable mal no nos molesta, porque tampoco se nos sube a la cabeza cuando lo hacen bien", añadió.

Marcelo defendió la figura de Zinedine Zidane y aseguró que están "a muerte" con su entrenador. "Es una persona muy cercana que nos ha ayudado muchísimo cuando llegó al Real Madrid y nos sigue ayudando. Es un grandísimo entrenador".

"La situación no es en la que queríamos estar, pero él ha hecho mucho por el equipo y lo va a seguir haciendo para que las cosas vuelvan a ser como antes. Tiene mucha paciencia, cree en su trabajo y nosotros también", opinó.

SOBRE CRISTIANO Y NEYMAR

No quiso desvelar el lateral brasileño nada de lo hablado en el vestuario por Zidane ni lo preparado para intentar frenar las armas de un PSG al que aseguró intentarán frenar en el "colectivo" porque dijo que es más importante que su tridente. "No solo pensamos en Neymar ni en tres jugadores de un nivel muy alto, pensamos en el PSG entero".

Y aunque señaló que Cristiano Ronaldo y Neymar "son dos grandísimos jugadores que pueden meter goles decisivos", piensa Marcelo que la eliminatoria no se decidirá por individualidades y pasará el que muestre que tiene mejor grupo.

LA AFICIÓN

Un punto importante destacó que es jugar ante su afición el partido de ida. "Siempre es un placer para nosotros, un orgullo jugar en el Bernabéu al lado de nuestra afición. Nos puede venir muy bien. Sé que la gente mañana nos va a apoyar muchísimo para hacer un gran trabajo. Estamos preparados y mi mensaje es que nos sigan apoyando como hasta ahora, cada grito y cada empujón es muy importante para el equipo", dijo.

Por último, restó importancia al sistema por el que apueste Zidane y aseguró que nada afectará en el terreno de juego a los futbolistas del Real Madrid: "Estamos acostumbrados a la presión, siempre la hay. Llevo aquí once años y es normal. Tenemos que saber estar con la cabeza muy fuerte, con la mente muy tranquila para hacer bien nuestro trabajo. La presión no nos molesta para nada, estamos acostumbrados a jugar con ella. En todos estos años nunca nada ha sido fácil".

MÁS DE 1.800 EFECTIVOS

Más de 1.800 efectivos se desplegarán en el partido que disputarán mañana el Real Madrid y el París Saint Germain en el Santiago Bernabéu, para el que se prevé la llegada de unos 4.000 seguidores galos que en su mayoría no se consideran violentos.

El dispositivo estará integrado por efectivos de Policía Municipal, Samur, Protección Civil, Cruz Roja y sobre todo de Policía Nacional, de unidades como Intervención Policial (antidisturbios), Prevención y Reacción (UPR), Guías Caninos y Caballería.

ALTO RIESGO

Estas tres últimas han recibido la visita, en sus instalaciones de la casa de Campo, de la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, ante la que los agentes a caballo han hecho una vistosa demostración sobre cómo trabajan para garantizar la seguridad en eventos como el de mañana.

Se trata de un encuentro declarado de alto riesgo para el que se prevé un lleno absoluto en el campo y en el que la Policía, como hace habitualmente, vigilará tanto el interior del campo como los desplazamientos de los seguidores franceses por la capital.

Dancausa ha subrayado la figura de los coordinadores de seguridad de estos partidos, que durante el último año han coordinado los dispositivos en unos 300 encuentros a los que asistieron 4,6 millones de personas "casi sin incidentes".