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El piloto español Marc Márquez (Repsol Honda) es cauto a la hora de su favoritismo en el próximo Mundial de MotoGP, donde considera que "cualquiera puede ganar porque el nivel es altísimo", pero lo que tiene claro es que no cambiará su estilo porque le gusta "arriesgar para ganar".

"Respeto todas las opiniones, pero al final sólo me quedo con las que me interesan. Me gusta arriesgar para ganar y no voy a cambiar. Lo que provoca más adrenalina es ir a rueda con otro piloto porque cuando voy muy suave me confío. Prefiero que se mueva un poquito la moto", señala Márquez en una entrevista a la revista de la casa de apuestas Sportium.

Esos riesgos le llevaron el año pasado a tener polémicas con sus compatriotas Jorge Lorenzo (Yamaha) y Dani Pedrosa (Repsol Honda), aunque tiene claro, respecto al balear, que el pelear por el título hace que sea "normal que haya piques". "Lo bueno es que es una rivalidad sana", confiesa.

De todos modos, reconoce que no tiene "mucha relación" con el doble campeón del mundo de la categoría. "Es muy difícil ser amigo de un rival directo por el Mundial. Mi rivalidad con Lorenzo me ha hecho mejor piloto, pero está claro que no ayuda a fomentar una amistad", remarca, subrayando que en este deporte "es difícil tener amigos de verdad", aunque tienen una "gran amistad" con Tito Rabat.

A Lorenzo le ve "fortísimo, muy regular, fino y constante". "Ha demostrado su talento ganando dos veces el Mundial de MotoGP. Me gusta mucho su ambición, siempre quiere más y no para hasta conseguirlo. Es el que más difícil me lo puso la temporada pasada", advierte de su rival, cuyo punto fuerte "es el paso por curva".

También elogia a Pedrosa. "Como compañero de equipo nos llevamos muy bien, pero en pista le veo como un rival más. Tiene una técnica increíble, es como un reloj. Su salida de curva es buenísima, levanta muy rápido la moto", analiza del catalán, mientras que no se olvida de su "ídolo" y "mito", Valentino Rossi, con el que coincidió en pista la pasada temporada en una "sensación rara". "Estaba más pendiente de él que de mí. Me daba muchísimo respeto competir contra el número uno de todos los tiempos", aclara al respecto.

Por su parte, el de Cervera, al que le habría gustado coincidir con Alex Crivillé y Mike Doohan, se califica como "exigente" y "nada conformista". "He mejorado bastante en frenada y estoy contento con la velocidad que imprimo en el paso por curva, pero todavía tengo que corregir algunos vicios de Moto2 y tener más experiencia en MotoGP. Quiero ser más completo en todo. Espero no encontrar nunca mi límite y tener margen de mejora", opina.

PREPARADO PARA AFRONTAR LAS POSIBLES CRÍTICAS

Con todo, piensa que se presenta un Mundial "muy igualado y muy bonito", con nuevos como Pol Espargaró o Scott Redding que estarán "muy arriba seguro desde el principio" y donde repetir el título será "muy complicado".

"Hay varios candidatos. Cualquiera puede ganar porque el nivel es altísimo. Seguro que ahora me verán de otra forma. Antes no estaba entre los favoritos, pero este año la situación ha cambiado. Mi reto es defender el título y no perder nunca la ambición por ganar", prosigue.

El español tiene claro que tanto Lorenzo como Pedrosa "son cada vez más fuertes" y que todavía "son muy jóvenes y competitivos" y se declara "preparado para las críticas". "Si no estoy entre los mejores en cada carrera seguro que habrá comentarios negativos sobre mi rendimiento y se pondrá en duda mi forma de pilotar, pero mi mejor arma es que estoy muy tranquilo y listo para hacer otro gran campeonato", recalca.

El piloto catalán subraya igualmente que él tampoco "llevaría bien" que un 'rookie' ganase en su primer año, aunque no considera que sea "envidia", y está listo para evitar todas los conflictos porque "no benefician". "Donde hay que hablar es en la pista. He aprendido a escuchar lo que me convenía y cargar tú mismo con la responsabilidad sin pasársela a otras personas", asevera al respecto.

Márquez, al que le costó "más" el paso de 125 a Moto2, asegura que nunca ha sentido "miedo" en la moto, pero sí "respeto después de una fuerte caída", una situación que resalta que se supera "rápido". Además, ve a su moto como su "novia de siempre". "Me gusta mimarla, cuidarla y conocerla bien. Vas encima de ella todo el año y si pilotas con miedo no puedes ir rápido", avisa.

El ilerdense trata ahora "llevar las cosas con normalidad", pese a que "hay momentos" en los que le gustaría ser "anónimo". "Ganar el Mundial de MotoGP es otra dimensión y el cambio ha sido radical", apunta, reiterando que en su casa "alucinan" con todo lo que ha pasado y que su familia es "fundamental" en su vida. "Si un piloto no tiene el entorno adecuado seguro que no llegará lejos. Mis padres siempre me han dicho que lo más importante es que sea buena persona", agrega al respecto.

"Siento que estoy haciendo bien las cosas. Me motiva que la gente tenga tantas expectativas en mí. Nunca pensé que ganaría el título de MotoGP tan pronto, pero soy muy ambicioso y todavía tengo muchos retos por delante. Mi sueño siempre fue ganar en las tres categorías y lo he podido conseguir", sentencia Marc Márquez.