Medvedev da a Rusia su tercera Copa Davis
Tchaikovsky y cava para celebrar la tercera Davis rusa
Cilic: "Medvedev sirvió increíble, es la roca de su juego"
Daniil Medvedev, número 2 del mundo, la baza más fiable de su equipo, llevó a Rusia hacia el éxito en las Finales de la Copa Davis, la tercera que logra su país.
En la despedida de Madrid como sede de la competición, que a partir del próximo año cambiará de escenario, Rusia cerró su año a lo grande.
Medvedev acabó con la resistencia de Marin Cilic (7-6(7) y 6-2) y selló la conquista de Rusia de su tercera Copa Davis, la primera desde el 2006, que previamente encarriló Andrey Rublev con su triunfo contra Borna Goyo.
La sexta final dio un nuevo premio al tenis ruso. El número dos del mundo se marcha de Madrid como el gran triunfador del evento. Sin perder un set en toda la competición.
Cilic le llevó al límite en la primera manga. Ninguno perdió su saque y el choque se resolvió en el tie break donde Medvedev se mostró más certero para ponerse en ventaja tras aprovechar su tercera oportunidad.
La primera rotura del duelo llegó en el segundo set. El ruso, que ya había superado al balcánico en las dos ocasiones anteriores que habían jugado -la más reciente el pasado Wimbledon, en cinco sets- arrebató el saque a su rival en el cuarto juego para situarse con 4-1, insalvable para su rival que decayó paulatinamente resignado a su suerte. Medvedev selló el tercer triunfo ruso en la Copa Davis tras los de 2002 y 2006 en una hora y 27 minutos.
Tchaikovsky y cava para celebrar la tercera Davis rusa
El equipo ruso de la Copa Davis recibió su tercera ensaladera en una ceremonia en la que, en cumplimiento de las sanciones deportivas que pesan sobre su país, ni se exhibió su bandera ni se tocó su himno, sustituido por el concierto número 1 para piano de Piotr Tchaikovsky.
Tras la medalla conmemorativa entregada a Croacia, equipo subcampeón, subieron al estrado preparado en la pista los jugadores Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Aslan Karatsev, Karen Khachanov y Evgeny Donskoy, junto al capitán Shamil Tarpischev, que ha ejercido esa función en 101 enfrentamientos.
El equipo recibió una medalla y una réplica a pequeña escala de la ensaladera. Luego se les permitió levantar el trofeo de verdad, mientras les bañaba una lluvia de papelillos con los colores de su bandera. A falta de la enseña oficial en representación del país, un par de banderas rusas fueron ondeadas en la grada por parte de aficionados.
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