La contagiosa pasión del Concierto de Aranjuez y un enérgico zapateado sobre el agua fueron el epílogo de la trayectoria olímpica de Gemma Mengual, quien hoy brindó con Ona Carbonell por el futuro de la natación sincronizada durante la presentación del programa libre del dúo en los Juegos de Río.
Con la expresividad y el carácter como indiscutibles señas de identidad, las españolas regalaron al público congregado en las gradas que abrazan la piscina principal del centro acuático María Lenk un programa libre que anuncia una revolución en la disciplina.
Gemma Mengual, considerada "pionera" desde su aparición en los concursos internacionales, no quiso despegarse de esa etiqueta ocho años después de las dos medallas de plata que saboreó en Pekín.
El dúo español de natación sincronizada concluye quinto en la final de los Juegos de Río, aunque "soñando hasta el final" con que la medalla "era posible". "Siempre quieres más y la medalla estaba al alcance. Japón, Ucrania y nosotras estábamos muy ahí y podía haber pasado cualquier cosa. Pero en la sincro cuesta, porque una vez que los jueces se hacen a la idea de cómo va la cosa, cuesta cambiarla", comentó Mengual.
"Muy pocas veces, pero pasa", añadió, tras recordarle Ona Carbonell que ella lo vivió en los Juegos de Londres. Ambas componentes del dúo se mostraron muy satisfechas por haberse "vaciado y entregado" y por cómo han "disfrutado todo el año entrenando".
"Queríamos hacer algo distinto", apuntó Megual. "A lo mejor no es la moda de ahora, pero buscábamos algo diferente a lo que se lleva. Es nuestra manera de hacer, lo que nos sale. Queremos dar algo más a la sincro, no solo ejecutar sino transmitir, llenar la piscina en todos los sentidos. Sincronizar un dúo así cuesta mucho".
Tras volver a dúo específicamente para preparar los Juegos Olímpicos de Río, la doble subcampeona olímpica en Pekín dijo que el regreso había merecido la pena "totalmente". "He tenido la suerte de tener a mi familia aquí, mis hijos me han visto nadar en directo en unos Juegos y para mí eso ha sido brutal", comentó la nadadora, que se ha sentido en toda esta etapa "muy arropada, muy acompañada".
"Ha sido un año mágico", dijo. Tras él, quiere "de momento vacaciones y desconectar". "Luego ya veré". ¿Está la puerta abierta para seguir en el dúo? "Sí, la dejo abierta", contestó.
Ona Cabonell señaló que llegaron a Río "con dos objetivos muy claros: luchar por la medalla y hacer crecer la sincro". "Nos ha felicitado todo el mundo, hemos hecho dos coreografías muy bonitas, hemos nadado con el corazón. El otro objetivo no ha podido ser, pero salimos satisfechas porque ha sido nuestra mejor vez y porque las entrenadoras se han emocionado", afirmó. "No ha sido fácil luchar esta final", subrayó.
Carbonell, oro y bronce en Londres 2012, señaló que con otra rutina les hubiera costado disfrutar tanto como lo han hecho. "Esta la hemos montado con las entrenadoras, las cuatro, y la sentimos desde dentro. Este plus artístico, que es subjetivo a la vez, es lo mejor de la sincronizada", destacó.
Carbonell señaló que la pena por no haber ganado la medalla no impide que haya que "felicitar a las rivales, que han sido muy buenas, no solo las que han ganado medalla". "Todos los dúos tenían un grandísimo nivel. La lucha ha sido feroz y no hemos llegado a nuestro objetivo. Ha sido una de la finales con más nivel de las que recuerdo", aseguró.
Gemma Mengual dijo que las palabras de elogio hacia ellas que tuvo la rusa Svetlana Romashina, hoy campeona, les dieron "un empujón. "Nos enorgullece, la verdad. Ella no veía imposible que hoy ganáramos esa medalla y eso nos dio un empujón", apuntó.