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El delantero azulgrana Lionel Messi ha admitido hoy que, tras el golpe que sufrió anoche ante el Benfica y que obligó a que le retiraran en camilla del césped, llegó a pensar "lo peor", y que "iba a ser la última pelota que tocaría en mucho tiempo".

"Me encuentro bien, por suerte no fue más que un golpe. Me encuentro mucho mejor que ayer. No sé si voy a estar para el domingo, veremos cómo va a ir evolucionando el golpe", ha explicado el argentino en un acto en el Camp Nou con Turkish Airlines, compañía aérea que lo ha nombrado embajador internacional.

Ante una multitud de medios de comunicación, la mayoría pendientes de su evolución tras la contusión ósea en la cara externa de la rodilla izquierda que sufrió en un choque con el portero del Benfica y que hizo temer una lesión de gravedad por sus gestos de dolor, Messi ha asegurado que "gracias a Dios solo fue un golpe".

"Pero, sinceramente, pensé que iba a ser la última pelota que iba a tocar en mucho tiempo. Y a pesar del dolor intenté pegarle, a pesar que no tenía ni fuerzas para levantar la pelota. La realidad es que pensé lo peor, pero la vi ahí y quise jugármela", ha señalado acerca del remate que incluso intentó tras el choque, ya lesionado.

Así, ha restado importancia al hecho de que saltara al campo durante media hora, a pesar de que su equipo ya no se jugaba nada, con el único objetivo personal de alcanzar el histórico récord de goles de Gerd Müller en un año natural.

"Sigo pensando de la misma manera -ha aseverado-. Lo que me pasó ayer me podía haber pasado en un entrenamiento. En los últimos cinco años siempre fue así, en estos partidos que estábamos clasificados y que no nos jugábamos mucho, siempre jugaba un poco y mientras pueda y Tito me lo permita, voy a seguir de la misma manera".

En todo caso, el argentino ha opinado que, si algún día sufriera una lesión de gravedad, "el equipo seguiría de la misma manera" sin él, porque "hay jugadores de sobra en este vestuario y no se notaría si faltara".

Messi ha relatado cómo fueron esos primeros segundos tras el golpe: "No pensaba en nada, solo en el dolor que sentía, en lo peor, en tener que estar mucho tiempo fuera de la cancha. En ese momento uno piensa lo peor. Una vez llegué al vestuario y los doctores me examinaron, me hicieron las pruebas y descartaron la lesión de gravedad, me quedé mucho más tranquilo".

Tras agradecer las muestras de cariño y la preocupación de los aficionados, algo que le hace "muy feliz", Messi ha recalcado que sus objetivos "siguen siendo los mismos", incluido alcanzar a los 85 goles de Müller, una plusmarca de la que solo le separa un gol, con cuatro partidos por delante antes de que acabe 2012.

"No es una obsesión superar ese récord, se dará cuando deba ser. No estoy preocupado, sería obviamente algo muy lindo por estadística poder superarlo, porque hace muchos años que está ese récord y ojalá, si lo logro, dure mucho tiempo como el de Müller. Si llega, bien. Y sino, no pasa nada", ha expresado.