De Mestalla al Coliseum, Ancelotti tropieza con la misma piedra
Ancelotti: "Es un toque de atención a un equipo que estaba de vacaciones"
Redacción / Efe
De nada le sirvió a Carlo Ancelotti el último precedente de un encuentro al mando del Real Madrid tras el periodo estival navideño. De aquella derrota en Mestalla que cortó la mejor racha de triunfos de la historia del club blanco, hasta 22, a lo ocurrido en el Coliseum Alfonso Pérez donde su equipo perdió quince partidos y tres meses después.
El 4 de enero de 2015 el Real Madrid estableció un nuevo registro en la historia del fútbol español, 22 victorias consecutivas, y se quedaba a apenas dos triunfos de superar al Curitiba brasileño para firmar un registro mundial. En Mestalla iniciaba una caída que provocó una temporada sin títulos grandes y el final de la primera etapa del técnico italiano en el banquillo blanco.
En aquella ocasión era remontado en el primer encuentro tras las vacaciones navideñas, después de haberse proclamado campeón del mundo en la última cita de diciembre, derrotando al San Lorenzo argentino en la final del Mundial de Clubes. El tanto de Cristiano Ronaldo de penalti lo remontaban Barragán y Otamendi. No hubo reproches de Ancelotti.
"Hemos preparado bien el partido y hemos jugado bien. No hemos merecido perder. Nos ha faltado algo de suerte para hacer el 0-2 primero y luego para lograr el 1-2", lamentó en unas declaraciones el técnico italiano, bien distintas a las dejadas en el presente, tras caer en Getafe.
Aquel tropiezo de Mestalla dejó una lección que seguro recordará Ancelotti. Porque su equipo se desplomó, enlazando un segundo golpe al siguiente partido, un 2-0 en un derbi madrileño ante el Atlético de Madrid, que acabó provocando la eliminación de la Copa del Rey.
Solo el primer año como técnico madridista Ancelotti firmó un enero impoluto. Un pleno en hasta ocho partidos en 2015, cuatro de Liga y cuatro de Copa del Rey. Ahora, no esperaba un cambio de identidad de su equipo como el que mostró en Getafe. De nuevo derrotado, como e su visita al Espanyol, por un conjunto en otras peleas en la competición cuyos objetivos se centran en la salvación. Distó un abismo de la mentalidad exhibida en San Mamés para cerrar el 2021 plagado de bajas y dando un golpe a LaLiga Santander.
El exceso de puntos de ventaja, la añoranza a un gran referente como el brasileño Vinícius, de baja tras su positivo en coronavirus, y la dificultad de interpretar defensas de cinco de los rivales, desfiguró al Real Madrid.
Se amparó en el liderazgo de Luka Modric para buscar la reacción en el primer acto pero se estrelló con el acierto de David Soria y el travesaño. En el segundo se desplomó, generando el poco peligro desde acciones individuales y por la calidad técnica de sus futbolistas. "No hay mucho que decir de este partido salvo que nos hemos quedado un día más de vacaciones", apuntó Ancelotti con dureza.
El Real Madrid se quedó por cuarto partido en Liga sin marcar, la primera ocasión lejos del Santiago Bernabéu tras no lograrlo frente a Villarreal, Osasuna y Cádiz de local. Y no solo cortó su racha de quince encuentros sin perder, fuera de casa enlazaba cinco triunfos ligueros marcando siempre dos o más goles.
Fue víctima de sus propios errores defensivos, costando gol el del brasileño Militao y a punto de regalar otro en uno de David Alaba, en un encuentro en el que faltó actitud y acabó encajando la tercera derrota del curso, la segunda en la competición doméstica que es un "toque de atención".
Carlo Ancelotti, técnico italiano del Real Madrid, aseguró que su equipo "estaba de vacaciones" y no compareció en el Coliseum Alfonso Pérez, donde encajaron la segunda derrota liguera de la temporada por rebajar "concentración" y mostrar falta de "compromiso".
"Hemos tenido una reacción los primeros diez minutos, después hemos estado más nerviosos, hemos perdido balones y hemos perdido los duelos. Regalamos el gol con un jugador que habitualmente destaca mucho en el aspecto defensivo (Militao). No hay mucho que decir de este partido salvo que nos hemos quedado un día más de vacaciones", manifestó en rueda de prensa.
"No ha sido el equipo de antes de Navidad, menos concentración y compromiso. No merecíamos perder, el empate era justo, pero has regalado un gol que significa una derrota. Es un toque de atención a un equipo que estaba de vacaciones", añadiendo siendo crítica con lo mostrado por sus jugadores.
Ancelotti no reclamó una acción que el Real Madrid pidió penalti sobre Marcelo por un agarrón y no reprochó nada al colegiado, salvo su criterio en las cartulinas amarillas: "El árbitro no ha sido determinante. Me enfadé porque terminamos la primera parte con dos amarillas, una para mí que juro no he hecho falta y la otra par Rodrygo cuando creo que se pudieron sacar más amarillas".