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(Actualizado

Mireia Belmonte no pudo sumar una nueva medalla al oro y el bronce ya conquistados en los Juegos Olímpicos de Río, tras concluir en cuarta posición en la final de los 800 libre.

Un resultado que no puede empañar la excelente actuación de Mireia en una final, en la que la española nadó más rápido que nunca tras rebajar con un crono de 8:18.55 en 21 centésimas la marca de 8:18.76 que poseía como récord de España desde los Juegos de Londres 2012.

Pero lo que hace cuatro años sí sirvió para subir al segundo escalón del podio en la capital británica, no bastó en esta ocasión a Mireia Belmonte para colgarse una medalla de bronce de la que se quedó a 2.18 segundos. "Eso quiere decir que la natación cada cuatro años está más difícil, porque yo con un tiempo superior al de hoy fui plata en Londres", señaló Belmonte.

Y es que Mireia Belmonte volvió a dar muestra de su voraz capacidad competitiva, tras pelear hasta los últimos cien metros por entrar en el podio, pese a verse lastrada por competir en una de las calles exteriores. "He luchado hasta el final, pero estando en la calle 8 ha sido muy difícil, no veía nada", explicó Mireia, que condicionada por su situación en la piscina varió su habitual táctica de nadar de menos a más, por una salida fulgurante.

"La estrategia era salir tope, aguantar hasta el final y jugármela como siempre", señaló la nadadora española, que al pasar por el primer cien ocupaba la tercera posición tan sólo superada por la británica Jazzmin Carlin y la estadounidense Katie Ledecky.

Una plaza que Belmonte logró aguantar hasta los 300 metros cuando fue superada por la húngara Boglarka Kapas, con la que mantuvo a partir de entonces un emocionante duelo. Con Ledecky, que se colgó el oro con un tiempo de 8:04.79, nuevo récord mundial, a un mundo de distancia, la nadadora española era consciente que la medalla de oro pasaba por seguir la estela de Kapas y de la Carlin.

Un objetivo que la nadadora española logró hasta los 600 metros cuando no pudo seguir más el ritmo de la británica, que finalmente fue plata, y la húngara, lo que le privó definitivamente de la posibilidad de alcanzar una medalla por la volverá a pelear en los Juegos de Tokio.

"Me gusta mucho nadar y no puedo dejarlo ya. Tengo 25 años, estoy en la flor de la vida", afirmó una Mireia Belmonte, que agrandó su leyenda en Río tras añadir un oro -200 mariposa- y un bronce -400 estilos- a las dos medallas que ya logró en los Juegos Olímpicos de Londres.