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Sin lamentar la ausencia de Kylian Mbappé a su primer duelo de grandeza con el Real Madrid por una inoportuna lesión muscular que corta su racha goleadora de cincos partidos consecutivos, Carlo Ancelotti tiene una gran duda por resolver.
Con las reducidas opciones de apostar por Endrick si no desea tocar el sistema, al esperado refuerzo del centro optan tres jugadores -Modric, Camavinga y Güler-, en pugna por una plaza.
Es la realidad con la que trabaja Ancelotti en la Ciudad Real Madrid mientras analiza día a día la progresión de Eduardo Camavinga. Con el tiempo y la calma que le ha faltado al Atlético de Madrid antes de un derbi que encara con dos días menos de descanso que su rival.
El conjunto madridista jugó el martes, con relajación y susto incluido ante el Alavés, le dio tiempo a tomarse un respiro el miércoles, a digerir la mala noticia de la ausencia de Mbappé por tres semanas y, desde el jueves, disfrutar de tres sesiones de trabajo con el foco en un derbi que fue el único encuentro que se le atragantó el pasado curso.
La derrota liguera en el Metropolitano fue la única del campeonato y la última que ha sufrido en el mismo. La eliminación copera en la prórroga de los octavos de final a partido único en casa del Atlético de Madrid, el último encuentro perdido de un equipo que desde esa eliminación en un día en el que fue el Real Madrid quien entonces pagó un mayor desgaste, por la final de la Supercopa de España, y un menor descanso, no ha vuelto a sentir la derrota.
Por el camino cosechó el título de LaLiga y la Liga de Campeones el pasado curso; más la Supercopa de Europa en el actual.
Pero en la preparación del partido de Ancelotti está más que presente que el Metropolitano fue el estadio donde su equipo se desfiguró en la jornada seis de LaLiga y fue eliminado de la Copa del Rey. Y con el patrón de aquellas dos citas intensas y repletas de emoción, prepara un nuevo asalto al derbi.
La ausencia de Mbappé ha quitado a Carletto un problema que ya llamaba a su puerta. La opción de renunciar a un jugador del tridente, con los focos apuntando a Rodrygo Goes por el papel de intocables que comparten Vinícius y Mbappé, para aumentar el número de centrocampistas en un tipo de partidos en los que la batalla se comienza a ganar en la medular.
En la añoranza de Toni Kroos, que optó por retirarse en lo más alto, el Real Madrid ha extrañado en su arranque de curso tanto a la figura del medio alemán como a la ausencia de un cuarto centrocampista. La entrada en el equipo titular de Mbappé obligó al ajuste de piezas de Carletto en su once y pasó a un 4-3-3.
Sumado a que Jude Bellingham tuvo que retrasar metros su posición y asumir labores que nunca hizo en el conjunto madridista desde su llegada, junto a un tono físico bajo de los jugadores que no completaron pretemporada, desató la falta de equilibrio.
Es el punto que ya deseaba Ancelotti para el Metropolitano, donde llega más rodado desde el punto de vista físico y con una racha de cinco victorias consecutivas, impulsado al regreso a su sistema del pasado curso que tanto éxito le trajo.
Sólo la apuesta de titular por Endrick, que aún no ha jugado ningún partido desde el inicio y a sus 18 años su entrenador piensa que antes debe recorrer un camino, sostendría el 4-3-3. Nadie tiene dudas de la modificación táctica y todos, hasta los jugadores, tienen dudas sobre el elegido.
Con Bellingham regresando a la zona de la mediapunta con libertad de movimientos para explotar el factor sorpresa al aparecer en área rival y buscar su reencuentro con el gol perdido; el físico asegurado con la pareja Aurélien Tchouaméni y Fede Valverde, actual corazón del equipo que lo había jugado todo hasta recibir descanso con 3-0 ante el Alavés con un cambio que provocó que el Real Madrid se viniese abajo de forma inesperada, queda una plaza por entregar por el técnico italiano.
En caso de llegar bien físicamente no habría duda de que sería para Camavinga. Pero el francés se acaba de recuperar de una lesión seria, un esguince de rodilla sufrido el 13 de agosto, no ha tenido minutos en toda la temporada y llegará al derbi después de tres entrenamientos con el grupo. Los dos primeros sin acabarlos.
Debe valorar Ancelotti si la hora de juego que le puede dar su jugador la quiere desde el inicio o es un riesgo elevado para optar como opción para la segunda parte.
En función de esa decisión, entran en escena dos jugadores que aumentan la posesión y la precisión en el pase. El primero representa la experiencia, Luka Modric, a sus 39 años el sexto jugador con más derbis de la historia, solamente superado por Koke Resurrección en activo, que disputó dos más.
El segundo el hambre de éxito de la juventud, Arda Güler, que con 19 años tras el periodo de adaptación afectado por las lesiones de su primer año, va asumiendo responsabilidades mayores según recibe oportunidades de su entrenador.
Las ausencias por lesión de Brahim Díaz, que estaría ante una buena oportunidad para reivindicar su sitio, o de Dani Ceballos, reduce a tres las opciones que tiene sobre la mesa Ancelotti antes de decidirse el domingo y comunicarlo a los jugadores en la charla previa al gran derbi del Metropolitano.
El resto del equipo, con el regreso de Dani Carvajal está definido. Junto a él Thibaut Courtois, Éder Militao, Antonio Rüdiger, Tchoauméni, Fede Valverde, Jude Bellingham, Vinícius y Rodrygo parten como titulares.