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Rafa Nadal ha conquistado por novena vez Roland Garros después de imponerse (3-6, 7-5, 6-2, 6-4) este domingo al serbio Novak Djokovic en la final del segundo grande de la temporada, un golpe en la mesa del número uno del mundo ante un aspirante que se queda sin completar el Grand Slam.

La abarrotada Philippe Chatrier volvió a ser testigo, por quinta vez consecutiva, del triunfo del español. Nadal, que comenzó perdiendo el primer set, se rechizo ante un Nole con el que había perdido este año ya dos finales (Miami y Roma hace tres semanas) para alargar su leyenda sobre la tierra parisina. Logra hilar su 5º Roland Garros consecutivo y supera a Borg. Iguala a Sampras con 14 Grand Slam.

DE MENOS A MÁS

De menos a más, el de Manacor fue minando la moral de un Nole que buscaba el único grande que sigue sin tener en sus vitrinas, con la posibilidad además de destronar a Nadal del trono del ranking ATP.

Cuando en el octavo juego del primer set Nole rompió el servicio de Rafa y dejó encaminada la primera manga, todo parecía indicar que el serbio no dejaría escapar esta oportunidad. 6-3 y un Rafa más tímido que de costumbre, jugando sin arriesgar. Un dato más, Djokovic no había perdido ninguna final en su carrera en la que hubiera empezado ganando el primer set.

RAFA ENCUENTRA SU JUEGO Y LE DA LA VUELTA AL PARTIDO

Para desgracia del serbio, la Philippe Chatrier es el coto privado de caza de Nadal. El español comenzó a jugar más metido en la pista, abandonó el fondo de la misma, fue más agresivo y mejoró su servicio. Además el calor que hacía en la capital francesa parecía beneficiar a Rafa y perjudicar a Nole. El serbio comenzó a jugar rápido, precipitado, buscó acabar los juegos por la vía rápida, sin peloteo. Eso le supuso cometer demasiados errores no forzados y ceder el segundo set.

Desde ese mismo instante al número dos del mundo comenzaron a fallarle las fuerzas, se mareó, y su cara de impotencia reflejaba su cruda realidad, enfrente había un 'robot' que no se permitía fallar, que poco a poco le comía el terreno. Aún así como tiene mucha clase Djokovic mantuvo la incertidumbre en el partido a pesar de ceder el tercer set con claridad.

En la cuarta, y a la postre definitiva manga, el serbio se puso 4-4 y, tras ganar Nadal su servicio, 30-0 con el 5-4, pero entonces Rafa hizo tres puntos seguidos y un desesperado Djokovic acabó por cometer una doble falta que otorgó el campeonato a un Nadal que seguirá siendo número uno del mundo.

De esa forma el de Manacor volvió a tumbarse sobre la tierra de París, volvió a echarse las manos en a la cara, volvió a emocionarse como ha hecho ya nueve veces. Después la imagen más repetida en la historia de Roland Garros, la de Rafa mordiendo la Copa de los Mosqueteros. Y por último el mensaje del mejor deportista español de todos los tiempos. "Volveré el año que viene" dijo micro en mano, y fue entonces cuando se vio la verdadera cara de desesperación de Djokovic.

NADAL: "EL TENIS ME HA DEVUELTO LO QUE ME QUITÓ EN AUSTRALIA"

"Para mí es emocionante, perdí la final de Australia este año con problemas en la espalda y para mí fue muy duro. Hoy el tenis me ha devuelto un poco lo que no gané en Australia. Nunca olvidaré todo esto, muchas gracias a todos, para mí es difícil hablar hoy", dijo Nadal.

Sobre la la final dijo que "cada momento ha sido clave, ha sido durísimo jugar con Novak, siempre es un gran reto para mí. Había perdido con él las últimas cuatro veces que jugamos. Hoy he podido vencerle, pero en los dos últimos años hemos jugado muy bien los dos, partidos muy complicados. Le deseo que gane algún día este torneo. Se lo merece".