Pobreza, burlas, racismo... El camino de Vinicius hacia la cima del fútbol mundial

São Gonçalo le vio nacer, Flamengo le vio crecer, Madrid le elevó al cielo y Doha culminó una de las mayores historia de superación de la historia del fútbol.

Con todos ustedes, Vinicius José Paixão de Oliveira Júnior, el mejor jugador del planeta... no para el Balón de Oro, pero sí para el premio The Best de la FIFA.

La narrativa del brasileño supera, sin lugar a dudas, cualquier relato épico que se pueda imaginar. El punto de partida es Porto de Rosauna, una de las favelas más desfavorecidas del municipio de São Gonçalo, donde Vini nace en el seno de una familia muy humilde.

Allí, siendo tan solo un niño, empieza a dar patadas a un balón que, de manera inconsciente y progresiva, comienza a convertirse en su mejor aliado.

Su pasión por el fútbol hizo que, apenas unos años más tarde, se adentrara en las categorías inferiores del Flamengo. Este club brasileño observó con orgullo y admiración como aquel chico que llegó el primer día con la ilusión de cualquier chaval que empieza a practicar el deporte que le gusta, progresaba de manera imparable hasta debutar con 16 años y asentarse en el primer equipo.

La llamada de Juni Calafat y su sueño hecho realidad

En ese momento, habiéndose convertido en pieza clave y buque insignia del Flamengo, aparece en escena un hombre que, sin duda, le cambia la vida: Juni Calafat. El ojeador especializado en el Brasileirão se pone en contacto con Vini y le comenta la posibilidad de jugar en el Real Madrid.

Por aquel entonces, otros grandes clubes de Europa (entre ellos, el FC Barcelona) ya se habían interesado en este chico, cuyo nombre empezaba a sonar con fuerza en el Viejo Continente. Sin embargo, en cuanto Vinicius toma consciencia del interés del club blanco, el resto de ofertas quedan en un segundo plano.

El brasileño no duda un instante. Quiere jugar en el Real Madrid. Quiere cumplir un sueño, su sueño. Y, sobre todo, quiere hacer historia en la entidad de Chamartín.

El 20 de julio de 2018, con la mayoría de edad recién cumplida, Vinicius se enfunda por primera vez la elástica merengue. Braquets, pelo corto, un brillo deslumbrante en sus ojos y la sonrisa imborrable de un niño que aún no asimila todo lo que le está ocurriendo.

Inicios complicados en el Real Madrid

El contexto parecía inmejorable, pero su sueño se convirtió en pesadilla. El nerviosismo al dar sus primeros toques protocolarios e intentar alguna que otra lambreta ante su nueva afición provocaron los primeros memes sobre él.

Estas burlas aumentaron y se agravaron a medida que este chico exponía sus carencias de cara a gol en sus primeras temporadas con el Real Madrid.

A muchos les hacía gracia ver cómo este chaval se frustraba por sus escasas cifras goleadoras, pero pocos reparaban en el hecho de que este muchacho tenía la capacidad, con 18 años, de echarse el equipo a las espaldas, asumir responsabilidades y dar un paso al frente en un Real Madrid que, tras la salida de Cristiano, andaba en busca de líderes.

Vinicius sufrió, sufrió mucho. Aguantó todo tipo de mofas sobre su persona y, sin embargo, aunque alguna lágrima sí se le escapó, trabajó en silencio hasta mejorar todas esas facetas de su juego.

De Vinicius a Vini Jr

Entre tanta risa, sus detractores no tomaron consciencia del crecimiento exponencial que estaba desarrollando. Y, cuando quisieron darse cuenta, ya era demasiado tarde.

Vinicius se transformó en Vini Jr, una máquina imparable de aparecer en los momentos importantes; de resultar determinante cuando su equipo más le necesitaba; y sí, también de hacer goles.

Aquel chaval dubitativo de cara a puerta comenzó a tener esa pausa en los últimos metros que caracteriza a las grandes estrellas del mundo del fútbol.

Goles importantes en eliminatorias y finales de Champions, actuaciones estelares ante los mejores rivales posibles y un liderazgo en el Real Madrid por el que algunos “locos” se atrevían a afirmar que estábamos ante el mejor futbolista del mundo.

La burla se convirtió en insulto

En ese momento, la burla se convirtió en insulto. Comenzó, de esta manera, una persecución.

Vejaciones hacia su persona; desprestigio y minusvaloración desde algunos medios de comunicación; amenazas de muerte; todo tipo de provocaciones y patadas a destiempo ante una desmesurada desprotección arbitral; y, sobre todo, un sinfín de incidentes racistas en la gran mayoría de estadios de LaLiga.

Su implicación en la lucha contra el racismo

Muchos se preguntan cómo este chaval ha sido capaz de soportar tanto, nadie lo sabe aún. Tal vez, siempre tiene en mente a su padre, piensa en todas las dificultades y obstáculos que tuvo en la vida por el hecho de ser negro.

Probablemente, tenga presente a todos los niños de su Instituto Vini Jr y tome consciencia de que deba mostrarse fuerte para que ellos sigan su ejemplo. O, quizá, simplemente mire su piel y, al ver tatuadas ciertas frases de algunos de sus referentes (como Luther King o Mandela), siga su cometido para continuar la lucha por la erradicación de esta lacra social.

Pensaron que cargando contra él lograrían desestabilizarle y lo único que consiguieron fue hacerle más fuerte. Vini no solo continuó siendo un futbolista de talla mundial, sino que pasó a ser un auténtico emblema en la lucha contra el racismo.

El mejor, pese a la adversidad

Aparcando la persecución que el brasileño ha sufrido y, por desgracia, sigue sufriendo; lo cierto es que, en lo futbolístico, los datos hablan por sí solos.

En los seis años que Vini lleva vistiendo la camiseta del Real Madrid, el ‘7’ blanco ha levantado la friolera de 14 títulos, conquistando de esta manera todos los trofeos posibles a nivel de clubes.

Más allá del evidente éxito que refleja, este dato llama poderosamente la atención si lo comparamos con las competiciones que han ganado en el mismo periodo de tiempo dos clubes como el FC Barcelona y el Atlético de Madrid.

Los culés han ganado cuatro trofeos y los colchoneros una liga. Es decir, el brasileño prácticamente triplica en títulos a los dos grandes rivales del Real Madrid a nivel nacional.

Los datos de un futbolista destinado a marcar una época

No obstante, vayamos más allá y analicemos las estadísticas del jugador del Real Madrid en su etapa como madridista. Con el triunfo el pasado miércoles en la final de la Intercontinental, Vinicius ha disputado 12 finales, de las cuales ha ganado 11 con un balance de ocho goles y seis asistencias entre todas ellas.

Centrándonos solo en las que ha jugado este año, el ex de Flamengo anotó un hat-trick en la Supercopa de España ante el Barça; marcó, como viene siendo costumbre, en la final de UCL contra el Dortmund; asistió a Valverde en la final de la Supercopa de Europa; y volvió a marcar y asistir ante el Pachuca en la final Intercontinental.

'The Best' hizo justicia

Estas cifras no hacen sino exponer la capacidad de este chico para acaparar todos los focos en las grandes citas y resultar absolutamente determinante. “Determinante” precisamente es el eufemismo que muchos utilizan para no reconocer que se trata del mejor futbolista del mundo.

Sin embargo, el pasado martes, en Doha, en la gala The Best, el mundo del fútbol reconoció de una vez por todas que el legítimo heredero al 7 blanco es, en estos momentos, el mejor jugador del planeta. Un galardón individual que ni mucho menos llegó solo, ya que, en apenas 24 horas, Vini también levantó el título de la Intercontinental, el Balón de Oro como mejor futbolista del torneo y el trofeo como MVP de la final.

¿Y ahora qué? Pues ahora, como él mismo dijo tras la "injusticia" del Balón de Oro, tocará repetirlo 10 veces más si es necesario. La sonrisa por bandera, el planeta por frontera y un baile que no ha hecho más que empezar.