La Prensa de Portugal se avergüenza de su Selección: "Y nadie va preso"
El empate a cuatro que hizo sudar el viernes a un Portugal sin Cristiano Ronaldo, en casa y frente a Chipre, ha desatado una ola de críticas y expresiones de "vergüenza" en los medios y los comentaristas deportivos lusos.
El rotativo 'O Jogo' es de los más duros y titula la crónica del partido con un "y nadie va preso" al comentar los errores cometidos por la selección de Carlos Queiroz, que convirtieron en un "desastre" el encuentro para la Eurocopa 2012 ante una de las selecciones más débiles de Europa.
En ese calificativo abunda también 'Récord' que culpa sobre todo del mal resultado al núcleo defensivo del equipo y recoge declaraciones del portero Eduardo, del Genoa, en las que admite que "al final" la culpa fue suya.
'A Bola' sentencia que la selección de las Quinas ha empezado con el pie izquierdo, con "muchos errores" y faltas de concentración, y revela que Queiroz, sancionado por la Federación lusa con seis meses de suspensión, acudió al estadio de Guimares, en el norte del país, para ver el partido de la "desilusión" en un palco privado con un grupo de amigos.
La prensa generalista lusa relación también el triste resultado de ayer con la crisis que atraviesa la selección, en medio de las tensiones entre la Federación y Queiroz que empezaron con la eliminatoria de Portugal en el pasado Mundial.
Queiroz está castigado por perturbar, el pasado 16 de mayo, un control antidopaje de su equipo e injuriar a los médicos que lo iban a realizar y se perderá, además del partido contra Chipre, el del próximo martes ante Noruega y los de octubre contra Dinamarca e Islandia.
El entrenador portugués también se enfrenta a un expediente abierto por el Consejo de Disciplina de la Federación lusa por unas declaraciones a la prensa local en las que se declaró víctima de una operación montada en la cúpula de ese organismo para despedirle.
Sin la estrella del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, que no pudo jugar por la lesión que sufre en el tobillo, Portugal sufrió como nunca ante Chipre e hizo uno de los partidos más criticados por la prensa especializada.
El equipo mediterráneo, crecido y certero, puso el marcador a su favor a los dos minutos de juego y remontó los trabajosos empates de los lusos en un juego alocado, al que asistieron menos de diez mil espectadores con caras que parecían no dar crédito a la confusión que reinaba en su equipo.
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