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(Actualizado

El tenista español Rafa Nadal se ha clasificado para las semifinales del US Open, cuarto 'Grand Slam' de la temporada, tras vencer (6-2, 6-1 y 6-3) en un partido perfecto al estadounidense Andy Roddick, que no puso impedimentos al mejor juego del manacorí, disfrazado de bestia, impecable desde el fondo de la pista.

Nadal ya está a solo un paso de repetir final en Flushing Meadows, donde hace justo un año subió el último escalón que le faltaba en su carrera. El balear, soberbio en todas las facetas del juego, desarboló a un Roddick inapetente, apático, fuera de forma y que sobrevivió en el choque por su famosa condición de cañonero.

Pero ni tan siquiera el saque del jugador de Nebraska hizo cosquillas al mejor Nadal que se ha visto en estas dos últimas semanas sobre las azuladas pistas neoyorquinas. Pronto deshizo la encrucijada el de Manacor, que nada más comenzar el envite rompió el servicio del norteamericano.

Una tendencia que evidenció la tónica general del choque. Acto seguido, Nadal aseguraba su saque y volvía a quebrar a un Roddick que optaba por tirar el acto inicial. Con 6-2, el español ya tenía el primero en la buchaca y carburaba a las mil maravillas para culminar su progresión ascendente en el segundo set.

Fue entonces cuando Roddick intentó lavar su imagen, pero el tremendo despliegue del mallorquín dejó en anécdota las intenciones del estadounidense. A la primera de cambio, el saque del jugador local pasó a manos de Nadal, que confirmó acto seguido para colocarse 2-0. Roddick necesitaba atención médica y el 'duelo' entre ambos perdía tal condición.

En el quinto juego Nadal volvió a tomar la iniciativa y sentenció con un nuevo 'break'. Era el 4-1, marcador que decoró con otra rotura para ridiculizar a su oponente. El dominio era abusivo y al acierto sobresaliente de Nadal se sumaban los errores no forzados de un Roddick que ya era carne de cañón.

Y así pasó, pese a la intentona en el tercer set (0-40) para el americano en un primer juego que acabó perdiendo, Nadal metió la directa y meneó de lado a lado a su rival. El español, que volvió a firmar dos nuevas rupturas, dejaba el partido de su lado y obtenía, por la vía rápida, un precioso billete para semifinales.

Unas semifinales que repiten las de Roland Garros, segundo 'grande' del curso. Nadal se enfrentará al escocés Andy Murray por un sitio en la final y Novak Djokovic, número uno mundial, vuelve a verse las caras con Roger Federer, que ha sido uno de los dos tenistas capaces de ganarle este año.

MURRAY, EL RIVAL DE NADAL ESTE SÁBADO.

Por su parte, el rival de Nadal en semifinales, el escocés Andy Murray, logró su pase con justicia después de vencer en cuatro sets (7-5, 6-4, 3-6, 7-6(2)) al norteamericano John Isner en un partido controlado en todo momento por el británico salvo en la tercera manga, donde acusó algo de cansancio debido al fuerte calor de este viernes.

El duelo reflejó un marcador igualado en los parciales, pero el número cuatro del mundo no sufrió en ningún momento el acoso del gigante local. Isner utilizó su saque como mejor arma, pero los errores no forzados le impidieron acercarse o intimidar a su rival que se limitaba a pasar las bolas con calidad.

En el primer set, Murray rompió el saque de Isner en el undécimo juego, con lo que a continuación el escocés puso el 7-5. Después, en la segunda manga, el británico se hizo con la ventaja en el primer servicio del rival y la mantuvo hasta el final para poner el marcador de sets en 2-0.

Fue entonces el momento en el que Isner trató de dar la vuelta al partido haciéndose con la tercera manga. El escocés acusó el cansancio del día anterior y el duro sol que caía sobre la pista Arthur Ashe. El americano rompió el servicio de Murray en su primer juego y después lo volvió a hacer en el octavo.

En el cuarto y definitivo set, el tenista británico recuperó la tensión y la agresividad para cerrar el partido. Aún así, el jugador local se aferró a su saque para mantenerse vivo hasta el 'tie break'. Finalmente, en la muerte súbita, Murray aguantó con mayor calidad los peloteos y se colocó con un 4-1 a favor que fue insalvable para Isner.