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El Real Madrid está a un paso de revalidar el título de Liga ante un Barcelona que no ha encontrado, en los dos últimos partidos, "el camino de la defensa" -en palabras de su entrenador Xavi Pascual- para frenar a su rival que, pese a todo, no se fía de los azulgranas.

En baloncesto, como en todos los deportes de equipo, el marcador es lo más importante, pero las sensaciones que se transmiten también cuentan y las que lanza el Real Madrid, en esta serie final ante el Barcelona, están muy por encima de las de los azulgranas.

DESENFRENO ANOTADOR BLANCO

Tras empatar la serie a uno, el Madrid, ya con el factor cancha a su favor, ahondó en su juego, en la defensa, en la circulación de balón y en un ritmo de partido alto para favorecer la máxima anotación posible. El Barcelona, por el contrario, no aportó nada nuevo en el tercer partido de la serie y no intentó o no pudo frenar el caudal anotador del Real Madrid.

Sólo en el último cuarto, cuando los madridistas bajaron un poco los brazos por la ventaja que tenían, con una zona hicieron algo de daño y redujeron distancias, aunque sin demasiada convicción. Ahora los azulgranas ya no tienen margen para nada. Necesitan arriesgar y deberán hacer cambios importantes en su planteamiento porque parece claro que a marcadores alto, el Real Madrid tiene muchas opciones de victoria.

PENDIENTE DEL TOBILLO DE CARROLL

Jaycee Carroll, que sufrió un esguince de tobillo en los primeros minutos del partido del pasado lunes, se entrenó con aparente normalidad aunque llegó a la Ciudad Real Madrid con un más que aparatoso vendaje que hizo presagiar lo peor.

El resto de jugadores, con los golpes y el cansancio lógicos, están a disposición de un Pablo Laso que desde el minuto después de acabar el partido lanzó a sus jugadores el mensaje de que "nada se había conseguido todavía" y de que el cuarto partido sería "una nueva batalla ante un gran equipo herido".

El Madrid parece haber dado con la clave, una defensa estajanovista y un ataque con una gran circulación de balón en busca de tiros liberados en los que, además, se consiguen buenos porcentajes de acierto. Todos suman, los titulares y los que salen del banquillo, los que juegan veinte minutos y los que lo hacen sólo tres, poniendo al equipo por encima de cualquier personalismo.

Hace cuatro años la serie final llevó el mismo guión que la actual. Victoria del Barcelona en el último segundo en el primer partido en el Palau, victoria del Real Madrid en Barcelona y amplia victoria madridista en el tercer choque. El Barcelona acabó levantando el trofeo de campeón. "Espero que hayamos aprendido algo", dijo uno de los grandes protagonistas de la final, el madridista Sergio Llull.