El Real Madrid, campeón de la última Euroliga, está contra las cuerdas tras haber perdido los dos primeros partidos disputados en Estambul ante el Fenerbahçe en la eliminatoria de cuartos de final. Nadie, en las catorce ediciones anteriores de la competición, consiguió levantar un 2-0. Así es que la empresa se antoja ciclópea, pero el Real Madrid, campeón de todo la pasada campaña, se ha ganado el derecho a que se siga contando con él hasta el final.
Si se atiende solo a las sensaciones del segundo partido, la eliminatoria no estaría solo acabada, sino enterrada. El Fenerbahce es el segundo club europeo por presupuesto, solo por detrás y muy cercano al todopoderoso CSKA Moscú, con algo más de 35 millones de euros de cartera, pero carece de historia, de experiencia en los momentos importantes y de títulos.
HERIDO EN SU ORGULLO
Los clubes turcos son fuertes en sus canchas pero fuera suelen bajar el rendimiento al no estar apoyados por esos más de diez mil hinchas furibundos. Lo que también se deja sentir en el nivel de arbitraje. El Madrid tampoco es el equipo timorato y sobrepasado del segundo partido. Y herido en su orgullo y moral intentará ofrecer su mejor versión en Madrid para seguir vivo.
En el primer partido, el Madrid ofreció una buena defensa y solo falló en la puntería. Los tiros liberados no entraron y por ahí se le escapó una victoria que pudo haber tenido al alcance de la mano.
El Fenerbahçe ha llevado la eliminatoria al terreno físico y el Madrid no ha sabido o podido estar a la altura en los dos primeros choques. Pero en los últimos años ha crecido en este aspecto y lejos quedan ya los cursos en el que las protestas a los árbitros enfangaban su juego.
El objetivo del Real Madrid es igualar la apuesta física del Fenerbahce y después mejorar la baloncestística con sus tiros, sus asistencias, su velocidad y su manera de entender el juego que tantos triunfos les ha dado en los últimos años.
Los jugadores del Madrid están heridos en su orgullo y pese al cansancio harán lo imposible por alargar la serie tanto como sea posible. No descartan de antemano volver a Estambul para intentar volver a otra Final a cuatro. Dicen que un animal herido se vuelve doblemente peligroso y el Madrid se llevó una cornada más que seria en casa del Fenerbahce. El campeón está contra las cuerdas.