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Real Madrid y Power Electronics Valencia disputarán este sábado en la Copa de Rey una semifinal de alto voltaje, sin pronóstico claro y con dos equipos que deberán emplearse a fondo para decantar la balanza a su favor.

El Real Madrid ganó al Gran Canaria por la vía del esfuerzo, sin hacer un gran partido y gracias a su superioridad de banquillo y a la aportación anotadora, en el último cuarto, de Sergio Rodríguez.

Los valencianos hicieron lo propio, ante el Blancos de Rueda Valladolid, desde la suficiencia técnica y táctica, jugando un gran partido y con un Víctor Claver excelso. Visto así, los levantinos pueden tener un punto de favoritismo.

Pero la Copa del Rey es otra cosa distinta. Es el juego sin red, sin margen para el error ni para la recuperación. Y la cabeza cuenta más que las piernas e incluso que el corazón cuando llega la hora de la verdad.

El equipo de Messina, a lo largo de la temporada, ha mostrado su mejor cara -excepción hecha de sus enfrentamientos contra el Barcelona- cuando ha tenido un rival de enjundia enfrente, bajando sus prestaciones contra rivales teóricamente más débiles.

Y el Power es un rival de altura. Ya no es el equipo timorato que comenzó la temporada perdiendo seis partidos en siete jornadas. Ahora es un equipo armado, que sabe hacia dónde camina, con jugadores poderosos en los puestos interiores y buenos lanzadores. Con un Claver jugando en plan figura y con un Rafa Martínez que trabaja a destajo y no se despista nunca.

En el Real Madrid es cierto que falta continuidad en el rendimiento de algunos de sus jugadores, pero no lo es menos que para cada problema encuentra una solución, con más o menos brillantez o estética, y que esa es una de las claves de que continúe invicto a estar alturas de año.

"Tenemos que olvidar el resultado, pero no cómo hemos ganado. Esto puede ayudarnos en el próximo partido", dijo un satisfecho Pesic, entrenador del equipo valenciano, al término de su partido de cuartos de final.

"Hemos jugado el partido más difícil y ahora vemos a enfrentarnos a un rival con nivel de Euroliga. Estoy satisfecho porque en todo momento hemos tenido a algún jugador que ha respondido ante la situación que nos presentó el rival", comentó el técnico del Real Madrid, Ettore Messina.

Ahora que cuenta más lo psicológico que lo físico, los jugadores del Power prefieren ir de tapados. "Desde la llegada de Pesic somos más equipo, tenemos más confianza y nos viene bien que se hable del Barcelona y del Real Madrid porque no nos gusta ser favoritos", comentó Dusko Savanovic, jugador del equipo levantino.

El premio para el vencedor es un puesto en la final, la posibilidad de ganar el primer título del año. Eso lo saben todos, pero no todos soportan esa presión de la misma manera. Y eso cuenta, y mucho, a la hora de la verdad