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A falta de poco más que un mes para que acabe el año, el Real Madrid ya quiere olvidarlo. Los resultados en estos 11 meses han sido malos. Desde prácticamente el principio, casi desde el 1 de enero. Cuando todo parecía ir bien, algo se torció en el primer mes del año que hizo que el rendimiento del equipo blanco cayera en picado.

Recordemos el final de 2014. El equipo blanco, que había ganado in extremis la Champions de ese año, se fue a Marruecos a jugar el mundialito de clubes. Llegó con una racha de victorias espectacular (que dejaría en 22 consecutivas), que cerraría el 2 de enero en un partido de liga frente al Valencia, en Mestalla, donde perdió por 2 goles a 1, y con la copa del mundialito en sus vitrinas.

TODO SE TORCIÓ

El Real Madrid tenía unas perspectivas fantásticas para lograr títulos en esa temporada. Pero todo se torció. La derrota en Valencia fue la primera del año, y no fue la última. El equipo blanco dejó el buen juego olvidado en 2014 y empezó a tener dudas. Llegó la Copa del Rey frente al Atlético de Madrid. Los blancos fueron eliminados y dieron una imagen pobre ante los rojiblancos. Torres fue el héroe de la eliminación blanca. Continuaron las dudas.

Dudas que se vieron contrastadas en febrero cuando volvió a enfrentarse al Atlético de Madrid en liga. El Real Madrid sufrió una dolorosa derrota contra el rival de su misma ciudad. Un 4-0 encajado, mal juego, mala imagen y con fiestas y polémicas tras el encuentro.

Aun con todo, el Real Madrid continuaba teniendo muchas opciones de ganar títulos. Pero su juego no mejoró. Clasificó para cuartos en Champions League, hecho que le dio un respiro a la plantilla, pero el run run que se oía en el Bernabéu no alentaba nada bueno. Llegó marzo. Llegó el partido contra el F.C. Barcelona. Partido importante. Partido casi decisivo. Y el Real Madrid volvió a caer. 2-1 en el Camp Nou y la liga se complicaba.

CERO TÍTULOS

Pero aún quedaba la Champions. Y un rival en cuartos asequible, el Schalke 04. El primer partido, el de ida en Alemania, los blancos lo solventaron bien, ganando 2-0. Pero el desastre llegó en el partido de vuelta. El resultado fue una derrota en casa por 3 goles a 4.

De no ser por los goles de Cristiano, el Real Madrid hubiera caído estrepitosamente y haciendo uno de los peores partidos que se le recordaban. Pero pasó. Y le cayó la Juve. Le cayó Morata. Y se cayó de la Champions. No pudo contra los italianos, que fueron superiores en los dos encuentros de semifinales.

Al final de temporada, 0 títulos. Ancelotti a la calle. Y mal juego del Madrid. A empezar de nuevo. Nuevo proyecto con Benítez como el elegido para llevar el timón. Comienza la temporada y el juego del Madrid sigue dejando mucho que desear.

Pero solventa los partidos. Eso sí, con un calendario favorable. Cuando llegaron los equipos de más nivel, se vieron las carencias del equipo. Empate con el Atlético de Madrid en un partido que debió ganar, mala imagen en el partido de vuelta contra el PSG, al que se le ganó de chiripa, derrota frente a un Sevilla que no está en su mejor momento y un 0-4 sangrante en el Bernabéu contra el Barcelona.

Un año para olvidar, desde luego. Un año que aún no ha acabado y que puede ir a peor. O puede ser que esta última derrota sea un punto de inflexión. Pero lo que está claro es que 2015 no ha sido un buen año para los blancos. ¿Lo será en 2016?