Rodrygo | EFE
(Actualizado

Media hora de Rodrygo Goes en la zona del 9 ante el Mallorca, con una conexión decisiva con Vinícius y como autor de un gran gol, aportó más al Real Madrid que una nueva oportunidad desperdiciada por Eden Hazard, a quien defendió su técnico, Carlo Ancelotti, pese a comprobar que por sus características, no es el mejor candidato para ocupar el hueco de Karim Benzema.

No encontró mejor forma Carletto para restar presión a Eden Hazard en su primera titularidad como delantero centro referencia del Real Madrid, que asegurar en vísperas del enfrentamiento ante el Mallorca que al belga no le exigirá gol. Extraño que a un 9 en el Santiago Bernabéu no se le demande goles. La respuesta de su jugador fue voluntariosa pero sin trascendencia. Una demostración de que no ha nacido para jugar en esa demarcación.

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Es un nuevo intento de Ancelotti, quizá el último, de buscar acomodo en su sistema a Hazard. Perdido el pulso de la banda izquierda con Vinícius a inicios del curso pasado tras comenzar con la titularidad, en un sistema sin la figura de media punta (4-3-3) y ante la falta de apuesta en el mercado por un delantero centro que compita con Karim Benzema. La solución era inventar un falso nueve a la medida de Eden.

Una decisión discutible por las características de un futbolista que, cuando deslumbró en el Chelsea, siempre lo hizo viendo el fútbol de cara, apareciendo con calidad entre líneas y explotando su visión en el último pase. Sin los automatismos del punta que sabe jugar de espaldas ni un físico con chispa para desequilibrar cuando recibe dentro del área, es más frecuente el partido de Hazard ante el Mallorca que los minutos que dejó frente al Celtic que impulsaron una nueva intentona.

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A una defensa de cinco como la que plantó el mexicano Javier Aguirre, con tres centrales que eliminan espacios, se la puede atacar de varias maneras y la principal cualidad a explotar para desarmar el plan es la velocidad de una posesión abrumadora (llegó a cotas del 80 por ciento), la búsqueda de uno contra uno en los extremos y la aparición de jugadores al remate. Sin Karim Benzema, el Real Madrid jugó con falso 9.Y a Hazard no se le vio cómodo.

Intentó siempre asociarse con compañeros que tenía cerca, huir de la zona del 9 que era una prisión con tanta compañía. Lento a la hora de armar el disparo cuando pudo, estrellándolo contra los rivales, sin aportar ninguna llegada a portería rival ni remates de peligro. En su lugar intentó poner en bandeja el pase de gol a la velocidad de Vinícius y Rodrygo, siempre entrando hacia dentro para dañar. Y Ancelotti pidió al belga que retrasase su posición buscando generar desorden.

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La prueba duró una hora. El Real Madrid necesitaba electricidad en sus últimos metros y Hazard no la puede aportar. El movimiento natural de pasar a Rodrygo de la banda derecha al centro del ataque, le dio pronto el premio buscado a Ancelotti. La poblada defensa del rival comenzó a sufrir ante el movimiento y las asociaciones de calidad de los jugadores de ataque madridista.

Rodrygo y Vinícius se entienden de memoria. Juntos fabricaron el tanto que daba la vuelta al partido y el propio Rodrygo cerraba su gran partido tras un eslalon, con un gol que le vuelve a presentar como la opción natural para sustituir a Benzema mientras esté lesionado. Fue un nuevo intento en vano con Hazard, a quien Ancelotti, aunque asegure que seguirá en la misma posición, está obligado a buscarle un espacio diferente en su sistema.