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Dentro de un año estaremos todos pendientes de otro Mundial.... del de Fútbol, en Brasil, donde España espera tomarse la revancha de la Copa Confederaciones.

La derrota en la final nos puede haber hecho perder la memoria un poco. Así que refresquemos ahora... lo mucho y bien... que hasta el domingo, se habló de nuestra selección.

La selección española regresó a Madrid tras un vuelo de diez horas desde Río de Janeiro, donde ayer perdió la final de la Copa Confederaciones ante Brasil, y sintió como se clavaba una espina que los jugadores desean quitarse en el Mundial 2014 cuya final también acoge el templo del fútbol de Maracaná.

España perdió con la misma grandeza que suele ganar. Felicitó al rival y desde el pitido final marcó un nuevo reto. Hubo dos jugadores que no recogieron sus medallas. Fueron Álvaro Arbeloa, sustituido al descanso, y Gerard Piqué, expulsado. Arbeloa digería uno de los momentos más duros de su carrera.

Sintiéndose señalado, el centro de la crítica, tras no superar un examen que ya esperaba que fuese durísimo, el de marcar a Neymar, y saltar al campo con excesiva tensión encima. No se dejó ver por la zona mixta de Maracaná. Subió al autobús del equipo antes de la llegada de la prensa y en el aeropuerto andaba pensativo. Digiriendo todo lo ocurrido.

A España le dieron una lección. Fue la lectura que hicieron varios internacionales que buscan una lectura positiva de lo ocurrido. "Volveremos", sentenció Sergio Ramos marcando el nuevo reto para dentro de un año en el Mundial. "Sé que ahora llegarán las críticas duras, pero las asumo".

La derrota abre debates. Del Bosque optó por la 'vieja guardia' para la Copa Confederaciones. No metió en el grupo a ningún joven de los que piden paso, como Isco Alarcón, para meter 'pimienta' en un grupo ya hecho. A la titularidad de Iker, jugar con delantero centro o 'falso nueve' ahora se sumarán otros más agresivos y la cantinela del fin de ciclo en cuanto llega una derrota dolorosa. "Sabemos que en el fútbol de nada vale el pasado. Lo asumimos", admite Ramos.

"Se podrán decir muchas cosas pero esta selección la formamos un grupo de jugadores de los que no se puede dudar. Los títulos hablan por sí solos y pronto tendremos la oportunidad de demostrarlo en un Mundial", añadió Gerard Piqué.

Será el nuevo reto de la 'generación de oro' del fútbol español. La Roja ya tiene una referencia negativa a la que agarrarse. Un ejemplo de lo que puede ocurrir por ser la selección a batir. Desde que se abandonó Maracaná, la mentalidad ganadora de estos jugadores ya les hace pensar en la revancha. El Mundial se mira con anhelo. Será la oportunidad de demostrar quien domina el mundo tras repartir el favoritismo con otros rivales. EFE

ESPAÑA, MOLESTA CON LA FIFA

La selección española regresó de la Copa Confederaciones molesta con la FIFA, por haber impedido establecer una sede en una ciudad, prohibir sus viajes tras los partidos y concentrarla en hoteles de menor calidad a la habitual, lo que se suma a la sorpresa por las condiciones de Brasil.

España saca conclusiones de su estancia en Brasil, donde perdió la final de la Copa Confederaciones, sorprendida por las condiciones en las que se desarrollará el próximo Mundial de fútbol.

En la Confederaciones FIFA no le dejó elegir una sede fija, como suele hacer en las fases finales de los torneos, desde la que se desplaza para los partidos que pueda jugar en otras ciudades en la víspera del encuentro.

De hecho, miembros de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ya han mirado varias opciones para dentro de once meses y gusta la opción de quedarse por Río de Janeiro. Porque España ha sufrido en Recife y Fortaleza, donde a los jugadores se les tenía recluidos por la falta de seguridad y en hoteles de un nivel medio, con instalaciones antiguas, muy alejados de los que suelen visitar en este tipo de competiciones.

En sus primeros pasos en la Confederaciones, en Recife, los internacionales españoles llegaron a entrenarse en un espacio sin la posibilidad de ducharse y tras una hora de camino desde el hotel. Las distancias fueron motivo de queja de los jugadores, que han perdido muchas horas en el autobús en la competición.

Uruguay en esa ciudad tuvo que anular dos entrenamientos, el primero por falta de iluminación y el segundo por inundarse el terreno donde iban a ejercitarse. Además, seis futbolistas españoles fueron víctimas de robos en sus habitaciones y les quitaron hasta mil euros de los sobres en los que guardaban el dinero fuera de la caja fuerte.

EXCESIVO CALOR

El calor de Recife tampoco ayudó. Temperaturas superiores a los 30 grados en los primeros días de invierno brasileño y un alto nivel de humedad pasó factura. Así jugaron el último partido de la fase de grupos ante Nigeria y las semifinales contra Italia.

"Ha sido duro para todos, por el clima y las infraestructuras. Depende de la ciudad que te toque tienes una suerte u otra", aseguró Fernando Torres a Efe. "De cara al Mundial hay que tener suerte en el sorteo y las horas de los partidos. Son pequeños detalles que te hacen tener un resultado u otro", agregó.

"Ya sabemos lo que nos vamos a encontrar, desplazamientos larguísimos para ir a entrenarnos a más de una hora y unas condiciones que no esperábamos encontrar", añadió.

Además, la FIFA impidió a España volar tras sus partidos, una costumbre que permite a los jugadores pasar viajando esas horas después de jugar en las que les cuesta conciliar el sueño. La RFEF intentó incluso hacerse cargo de los costes y se le fue denegado. Tampoco supo hasta última hora, si podría entrenar en Maracaná en la víspera de la final de la Copa Confederaciones.

"Uno se intenta adaptar a las condiciones y la realidad es que no se puede pedir más de lo que hay", afirmó Sergio Ramos.

"Si el Mundial se celebra aquí será igual para todas las selecciones. No somos niños mimados ni quejicas que implantemos o exijamos cosas, venimos a jugar con las condiciones que hay para futbolistas y para todos que han comprobado el nivel de hoteles. Es la FIFA la que debe decidir a la hora de tomar decisiones", añadió.

Pese a encontrar un ambiente en contra de la selección española en todos los estadios, al ser considerada la gran rival de Brasil por el título, los miembros de la selección nunca se quejaron de eso y agradecieron el cariño con el que fueron tratados por las calles.

Otro punto a favor que elogió la delegación española fue el estado de los terrenos de juego, con un césped impuesto por FIFA a la misma altura que en Europa, 22 centímetros, cuando se esperaba que fuese más alto y pudiese perjudicar.