Para el centrocampista ghanés Thomas Partey, la sensación del Atlético de Madrid en este inicio de la temporada, la Liga de Campeones evoca recuerdos de la infancia en su país, partidos con sus amigos al son del himno de la máxima competición europea; un sueño entonces, una realidad ahora.
"Para mí, la Champions es todo. Desde pequeño, viendo muchos jugadores levantar la copa. Y, cuando suena el himno, me ilusiona mucho. De pequeño, nosotros jugábamos partidos y poníamos la canción, porque teníamos la ilusión de jugar la Champions. Ahora yo juego la Champions y mis amigos la ven siempre", explica en una entrevista con la Agencia EFE a la espera de recibir al Chelsea.
"SERÁ UN PARTIDO CERRADO"
"Es un equipo fuerte, que presiona como nosotros. Son fuertes, tienen buenos jugadores. Va a ser un partido difícil para ambos equipos. Tenemos que trabajar hasta el último minuto. Si trabajamos como equipo, los vamos a hacer mucho daño. Va a ser un partido cerrado, con muchos contraataques, pero sabemos cómo jugarle", dice.
No sólo para él, la Liga de Campeones tiene un sentido especial para el Atlético de Madrid. Tres finales perdidas después, dos en dos años, en 2014 en Lisboa y en 2016 en Milán, es el anhelo del conjunto rojiblanco, de sus aficionados, de sus directivos, de sus entrenadores, de sus futbolistas... Una deuda todavía pendiente.
"Creo que el Atlético merece conseguir una Champions este año o el año que viene o como sea. Lo tenemos que conseguir. Hemos llegado a dos finales y merecemos ganar la Champions", expone Thomas, que este miércoles apunta al once titular, el mismo en el que se ha instalado esta temporada en cinco de los siete partidos oficiales.
SOBRE SIU SITUACIÓN
Ha sido una carrera de fondo de dos años desde su vuelta al club rojiblanco, incansable, insistente, paciente, hacia la titularidad; de muchos entrenamientos y contados partidos en los dos cursos anteriores, que le hicieron plantearse salir cedido unas cuantas veces para buscar minutos, la más reciente este mismo verano.
"Hablé con Simeone, le expliqué mi situación, que necesitaba más minutos porque llevaba dos años ya y este era el tercero. Le dije que necesitaba jugar más, que si veía que este año iba a ser como el pasado prefería salir cedido para buscar minutos", repasa Thomas, con apenas 16 partidos de titular en las dos campañas precedentes.
El técnico le quería en su plantilla. "Él me dijo: 'No. Ahora el equipo te necesita más, porque no podemos fichar'. Que tenía que trabajar como lo estaba haciendo antes, que este año iba a conseguir más minutos", rebobina el medio, que hace un año aún estaba inédito a estas alturas de curso, en comparación con su fenomenal presente.
"VOY AL LÍMITE SIEMPRE"
"Trabajé más. Voy al límite siempre. Sin pararme. Sólo pienso en ir a muerte en cada entrenamiento, en cada partido, y creo que eso está ayudando al equipo", explica el centrocampista sobre su momento actual, que asume desde un punto de vista colectivo, de sentirse útil para el beneficio de un grupo que apunta alto en esta campaña.
"Ahora mismo pienso que necesito ganar algo con el equipo. Me siento más importante, un jugador en un equipo grande. Pienso en conseguir algo para el equipo, no para mí solo", expone Thomas, que ha ido afinando su juego en este tiempo: "He cambiado muchas cosas. Pienso bien, más rápido, juego más rápido, más hacia adelante".
"Simeone me pide no perder la pelota, siempre ir hacia adelante, tirar del equipo hacia adelante cuando más me necesita y ayudar al equipo a defender y atacar", repasa el jugador, ya por los 52 partidos oficiales con el primer equipo del Atlético, el club al que llegó con 17 desde Ghana para probar, para quedarse, para crecer.
SUS PRIMEROS DIAS
"Llegué sobre las nueve de la mañana (a Madrid) y a las siete de la tarde tenía que entrenar en la ciudad deportiva de Majadahonda. Hacía mucho frío. No estaba acostumbrado al frío. Tenía mis manos y mis pies congelados.
Era otro mundo. Pero yo siempre pensando en positivo, siempre rezando, pidiendo que Dios me ayude a superar esta prueba y trabajando fuerte. Cada entrenamiento, como si fuera el último. Tenía mucha confianza y pasión para conseguirlo", recuerda.
Lo logró. Javi Baños, entonces entrenador del juvenil B, le fichó. Luego pasó al juvenil A, en el que compartió equipo con Saúl Ñíguez, Óliver Torres o Javi Manquillo; más tarde al filial, luego aprendió y maduró en sus cesiones al Mallorca y al Almería y volvió al club rojiblanco, en el que es la sensación en esta temporada.