Rafa Nadal, con evidente cojera del pie izquierdo, cayó con el canadiense Denis Shapovalov y fue eliminado del Masters 1.000 de Roma en octavos de final en tres sets (1-6, 7-5 y 6-2).
Todavía sin ritmo de competición tras su lesión en las costillas y su habitual problema crónico en el pie, que acusó durante el tercer set, el manacorí no pudo contener a Shapovalov, desatado.
Nadal volvió a ser Nadal durante el primer set. Sacó bien, estuvo sólido al resto y consiguió mover al canadiense para abrir huecos. Ajustó al ángulo, y llegó a las dejadas, era el camino a seguir. Nadal estaba casi de vuelta. Y el resultado del primer envite lo reflejó, 6-1. Dominó y ganó, Shapovalov estaba contra la lona.
Pero apareció el dolor otra vez. Ese que no controla en su pie y que le impide seguir. Consiguió domarlo, con sus más y sus menos, en el segundo set, mucho más igualado que el primero y que tras más de una hora y cuarto se agenció el canadiense por 7-5.
El tercero fue ya inviable para el balear, una sombra de lo que había sido escasos minutos atrás. Se le notaba en la cara, en los movimientos. No estaba bien. En el quinto juego de este set definitivo, con 2-2 en el marcador, Nadal se vino abajo. Y el público, que vio como el que hasta ese momento tenía la corona del torneo, le dedicó una sonora ovación. Pero no reaccionó Nadal.