Un gran Musa y un serio Real Madrid salen airosos de la visita a Milán, 77-83

El Real Madrid logró una importante victoria en la Euroliga (77-83) tras imponerse a domicilio al EA7 Emporio Armani Milán en un duelo que rompió en el tramo decisorio del tercer cuarto y el amanecer del último de la mano de un sensacional Dzanan Musa.

Arrancó el duelo con pocos puntos, solo cuatro de los blancos en algo menos de dos minutos y medio. Pero a partir de la primera anotación de su rival se desató una ráfaga de fuego exterior que duraría toda la primera parte.

Ocho puntos seguidos de Musa, respondidos únicamente con un triple de Thomas, pusieron a los españoles siete arriba. Esa distancia la contrarrestó el anfitrión con dos aciertos perimetrales de Pangos y Melli, dejándola en solo uno.

Se desarrollaron entonces unos minutos de golpeo y réplica en las distancias cortas de los que salió airoso el plantel de Chus Mateo, hasta que un lanzamiento de Mitrou-Long redujo la herida a la conclusión del primer cuarto (20-23).

No terminó ahí la efectividad de los locales, que se presentaron de nuevo en la pista con otros tres triples, dos del propio Mitrou-Long y otro de Datome. Entre medias transformó uno Hezonja para celebrar los dos conjuntos un festival anotador al que le quedaban aún capítulos.

Con el croata y Abalde percutiendo en un lado y Datome, Baron y Pangos en el otro; los puntos se iban sucediendo sin solución de continuidad entre el minuto diez y el veinte. El balance al descanso acabó siendo positivo para los transalpinos, que se fueron a los vestuarios 50-47.

Salió frío el Real Madrid del intermedio, pero logró sostenerse sin sufrir demasiado a base de tiros libres hasta que anotó su primera canasta en juego del tercer cuarto con cuatro minutos disputados.

En esas, un parcial de 0-7 con triples de Musa y Sergio Rodríguez volvió a impulsar a los foráneos aunque nunca lo suficiente como para mirar de lejos a su oponente. Pese a ello, los madridistas llegaron al cuarto de desenlace con un colchón de seis puntos.

Lejos de relajarse, subieron un escalón más a lomos de Musa y Hezonja. Entre ambos anotaron ocho puntos que solo fueron empañados por una canasta de Voigtman. Así se dobló la ventaja, dando un golpe en la mesa que a la postre fue definitivo para sellar el triunfo pese a los infructuosos intentos de aproximación por parte de un bando italiano que llegó a ponerse a cinco en el último minuto.