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El Valladolid sumó en Vallecas, ante el Rayo, su primera victoria (0-3) a domicilio de la temporada, en un partido en el que marcaron Ebert, Javi Guerra y Larsson y que el conjunto pucelano dominó desde el principio ante un rival demasiado frágil en defensa.

Con la ausencia de última hora por lesión de Adrián González, que se unía a la nómina de bajas de los cuatro centrales (Saúl, Zé Castro, Rodri y Galeano), el Rayo afrontó el choque ante el Valladolid mermado de efectivos en defensa pero con la moral muy alta después de sumar dos victorias consecutivas.

El conjunto pucelano llegó a Vallecas en una delicada situación deportiva, al borde del descenso y sin conocer la victoria a domicilio en lo que va de temporada, pero eso no fue impedimento para que saltara al césped con mayor intensidad que su rival.

La primera ocasión del encuentro llegó a los nueve minutos con un remate del angoleño Manucho a un centro desde la derecha de Ebert que Rubén repelió de puños sobre la línea de gol.

Al Rayo le costó entrar en el partido, principalmente por el planteamiento táctico del técnico visitante Juan Ignacio Martínez, que decidió un marcaje al hombre y jugadores como Iago Falqué y Alberto Perea pasaron muchos apuros para desbordar por los extremos.

El Valladolid reflejó en el casillero su dominio sobre el césped marcando el primer tanto a los 30 minutos, obra del alemán Patrick Ebert, quién lanzó un disparo ajustado con la zurda desde fuera del área que se alojó por la escuadra derecha de Rubén.

El gol mermó los ánimos del Rayo, que comenzó a tener imprecisiones en la circulación del balón.

En otro fallo, ésta vez de cobertura, Javi Guerra recibió un pase a la espalda del colombiano Mojica y con terreno por delante, enfiló el área del Rayo y, ante la salida de Rubén, cruzó el balón al fondo de las mallas.

En el descanso, el técnico local Paco Jémez realizó un doble cambio muy ofensivo y dio entrada al guineano Lass Bangoura y al delantero argentino Joaquín Larrivey.

Sin embargo, cuando solo se llevaban tres minutos del segundo tiempo, el Rayo encajó el tercero tras una acción desafortunada de Mojica que, en su intento de ceder el balón a Rubén, se lo entregó al sueco Larsson, que regateó al portero y marcó a puerta vacía.

A partir de ese instante, el Valladolid retrasó sus líneas, siguió mostrándose firme en defensa y dejó la iniciativa del juego al Rayo, que según pasaban los minutos iba multiplicando sus ataques sobre la meta rival pero sin crear excesivo peligro, salvo en algún disparo lejano de Iago Falqué y Roberto Trashorras.

El Valladolid, con el marcador asegurado, se limitó a ralentizar el ritmo del encuentro conforme a sus intereses e incluso pudo ampliar su diferencia en dos jugadas a la contra que terminaron con sendos disparos de Larsson. El primero lo sacó Mojica bajo palos y el segundo, a falta de tres minutos para el final, lo atrapó Rubén en el mano a mano.