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El defensa central del Manchester United, Raphael Varane, destacado, entre otras virtudes, por protagonizar un gran juego aéreo durante toda su carrera, ha explicado en una entrevista con L'Equipe los peligros de las conmociones cerebrales en el fútbol.

El futbolista reconoce que en Manchester les recomendaron "no hacer más de 10 cabezazos por entrenamiento" y explica que, en su casa, aconseja a su hijo de 7 años, que juega al fútbol, no darle de cabeza.

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La preocupación del central se justifica en sus vivencias personales. Uno de los partidos más señalados en la trayectoria de Varane fue la derrota con la camiseta del Real Madrid en el Etihad Stadium ante el Manchester City en la vuelta de los octavos de final de la Champions League 19/20.

El partido tuvo que aplazarse hasta que la situación sanitaria del Covid-19 permitiese que se disputase.

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En agosto de 2020, el Real Madrid fue eliminado por los citizen tras perder 2-1 en Manchester con foto en los dos goles para el zaguero francés, por errores de bulto.

“Durante ese partido tenía una conmoción cerebral. Lo sentí desde el calentamiento. Durante el encuentro, mis primeros tres balones fueron técnicamente limpios, pero era demasiado lento. No podía concentrarme, era como un espectador. El partido me fue mal y, en retrospectiva, me di cuenta de que estaba relacionado con el shock que había sufrido” declaró.

“Nunca me he perdido este tipo de partidos importantes, al contrario, generalmente son en los que logro estar más concentrado. Al principio me tomé la eliminación como algo persona y finalmente, me di cuenta de que estos errores no habían caído del cielo” agregó.

“Durante ese partido tenía una conmoción cerebral, no podía concentrarme, era como un espectador"

Además, el defensa recuerda el origen de la conmoción: “Durante un partido de Liga ante el Getafe (un mes antes del día del City) recibí un balón en la cabeza en un córner y tuve que abandonar el campo. Seguí un protocolo de recuperación de cinco días sin mucho esfuerzo y recuerdo sentir un cansancio intenso, pero pensé que estaba relacionado con la descompresión habitual de final de temporada”.

Pasaron los días y la llegó el compromiso europeo ante el City pero la salud del francés no mejoró: “Cuando reanudé los entrenamientos, aún no me había recuperado del cansancio ligado al shock que había sufrido. Me sentí sin energía preparándome pero no era consciente de que tuviera relación con el golpe. Quizás si hubiera hecho una prueba para evaluar mis capacidades de recuperación, habría pospuesto mi recuperación".

El de Manchester no fue el único episodio en el que Varane vio lastrado su nivel por conmociones cerebrales.

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Hace 10 años, en 2014, 6 cursos antes de la tragedia del Etihad, el zaguero sufrió una conmoción ante Nigeria en los octavos de final de la Copa del Mundo de Brasil.

"Si alguien me hubiera hablado en ese momento, ni siquiera sé si hubiera podido responder. No recuerdo el partido después de este shock".

Los galos se clasificaron para cruzarse con Alemania en cuartos de final. La selección germana se impuso por 1-0 con un solitario gol de Hummels que se impuso a Varane en un balón parado botado por Toni Kroos.