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El extremo de la selección española de balonmano Víctor Tomás se mostró convencido de que la presión de afrontar el Mundial de Catar como vigentes campeones, ayudará al equipo español a "crecer" en un torneo en el que los hispanos afrontarán el difícil reto de revalidar su cetro universal.

Para ello, Víctor Tomás confía, como señaló en una entrevista concedida a la Agencia EFE, en la "madurez" de un conjunto español que sigue fiel al estilo de juego que le llevó a ceñirse su segunda corona mundial hace dos años en Barcelona.

En el anterior Mundial España estaba obligada a pelear por el título por su condición de anfitrión y en éste por la de vigente campeón. ¿Existe ahora más o menos presión que entonces?

La presión es más o menos la misma. En el Mundial de España todos nos pusimos en un principio las semifinales como objetivo, pero en nuestro subconsciente sabíamos que debíamos estar en esa final. Todo depende de cómo lo vive cada jugador, yo creo que esa presión de vernos como vigentes campeones, de volver a estar entre los favoritos nos va a favorecer, va a hacer que crezcamos como equipo.

Entonces el objetivo será nuevamente las semifinales sin dejar de tener en mente la final.

Siendo los vigentes campeones y con el equipo que tiene España creo que debemos estar en semifinales y eso es ya ponerse un listón muy alto, dada la igualdad existente y con un sistema de competición que no permite ningún fallo después de la primera ronda

El hecho de llegar a Catar como bicampeones del Mundo pesa en el equipo o es un factor más de motivación.

Creo que el equipo es cada vez más experimentado y aunque parezca una incongruencia la situación que vive el balonmano en España ha podido favorecer a la selección, porque hay muchos jugadores que han tenido que buscarse la vida fuera, que están siendo importantes en equipos que juegan Liga de Campeones y eso les está permitiendo coger mucha experiencia.

Más allá de los cambios de nombres. ¿En qué ha cambiado el equipo desde el Mundial de España?

Creo que no ha cambiado mucho. Manolo -Cadenas-, yo creo que con buen criterio, ya entró diciendo que lo que funciona hay que tocarlo lo menos posible. Evidentemente, Manolo ha imprimido su carácter, su forma de hacer al equipo, pero a nivel técnico-táctico es prácticamente lo mismo.

Me imagino que se les hará raro ver a Valero en el banquillo del equipo contrario en el duelo contra Catar.

Para mí sí porque siempre que he estado con Valero en una pista ha sido en el mismo equipo. Él fue el técnico que confió en mí, quien me dio la oportunidad de jugar en el Barcelona. Va a ser raro, pero es lo que hay. Le deseo toda la suerte del mundo, exceptuando el partido que juegue con España.

Catar se perfila como uno de los rivales de la primera fase. ¿Qué piensa de su política de nacionalizaciones?

Ellos aprovechan lo que la Federación Internacional deja hacer. Se atañen a las normas, entonces no hay ningún problema.

Pero se critica, sobre todo, que en algunos casos no exista ningún vínculo con Catar que justifique esas nacionalizaciones.

España, hay que tener memoria, ha hecho lo mismo con jugadores como Talant Dujshebaev, Uríos o Sterbik. Son las normas y si ellos tienen la posibilidad de dar pasaportes deportivos y no de nacionalizar a los jugadores, que es lo que hacen, hay que aceptarlo.

Aparte de Catar qué destacaría del resto de rivales de la primera fase

Eslovenia, Catar y nosotros seremos en principio los que estaremos luchando por los puestos de arriba, pero Bielorrusia tampoco será una selección sencilla. Es un equipo con nombre propio, el de Siarhei Rutenka, aunque también cuenta con otros jugadores que también te pueden hacer daño y que ya en el Mundial de España estuvo a punto de ganar a Polonia.

Más allá de las ya clásicas Francia, Dinamarca y Croacia, además de España, ve algún otro aspirante al título.

Eso es algo que irá diciendo la competición, pero además de esos tres, sobre todo, Francia, que es la selección que claramente está un pasito por encima, que son los que todo el mundo tiene en mente, veo también muy fuerte a Suecia, a Polonia, incluso a Eslovenia, que ya fue semifinalista en el Mundial de España.