Las viejas glorias del Real Madrid y del FC Barcelona rememoraron esta noche sus hazañas en un clásico en Doha, donde algunos más que otros demostraron que siguen en forma pese al inexorable paso del tiempo en un encuentro de 'indoor-soccer' en el que se impusieron los merengues en los penaltis.
Nombres como Sanchís, Amavisca, Salgado, Alfonso e Iván Pérez, Hierro y Mijatovic, por parte madridista, y Milla, De Boer, Baia, Nadal, Couto, Reizinger, Goicoetxea, Felip y Sánchez Jara, por el lado azulgrana, hicieron vibrar a la afición, que tenía el corazón partido en el centro Aspire Dome de Catar.
Estos exfutbolistas y el resto de sus compañeros demostraron en Doha que quien tuvo retuvo, aunque a alguno le costó correr detrás del balón.
Eso sí, sudaron la gota gorda en cada uno de los cuartos de quince minutos que duró el partido, pese a que el aire acondicionado funcionaba a toda máquina bajo la cúpula azul del Aspire Dome.
CON UN TESTIGO DE EXCEPCIÓN
Desde el banquillo, el partido fue seguido con atención por un testigo excepcional, Raúl González, futbolista del Sadd de Catar, que no quiso perderse la ocasión de ver a sus antiguos compañeros. "Lo importante es que la gente se lo ha pasado bien y lo ha disfrutado -señaló Raúl tras el encuentro.- Yo estoy contento de ver a muchos amigos que hacía tiempo que no veía". "Están bien (de forma) y se cuidan, unos más que otros, pero los he visto bien", destacó el exmadridista.
Césped artificial para un encuentro bastante igualado, en el que el máximo goleador fue Iván Pérez con dos tantos y que acabó en empate a cinco goles, por lo que tuvo que resolverse en los penaltis. Pese al implacable transcurso de los años, Hagi sorprendió a todos con un cañonazo que lanzó a principios de la primera parte y que Vitor Baia fue incapaz de parar.
De Boer y Mendieta dieron muestra de su buena forma física a lo largo de todo el partido, mientras que Emilio Álvarez dejó a todos boquiabiertos con los paradones que se marcó.
Pese a tratarse de un amistoso, los eternos rivales no escatimaron en entradas y marrullerías, aunque siempre reinó el buen ambiente.
Al final, fue tanta la igualdad que el encuentro tuvo que resolverse en la tanda de penaltis, que culminó a favor de los blancos tras los fallos de De Boer y Couto.
"Aunque hemos perdido, siempre es bonito jugar un clásico por el ambiente que se crea en torno al partido", dijo Mendieta, después del pitido final. "A nadie le gusta perder, por eso todos, con ciertas limitaciones, lo ponen todo en el campo", afirmó el exjugador barcelonista.
Entre el abundante público asistente había un buen número de españoles que aprovecharon la oportunidad para ver a sus viejos ídolos.
Uno de ellos era Juan, que acudió al partido acompañado de su novia, Isabel, y de varios amigos pertrechado con la camiseta de su equipo, el Real Madrid.
"Deberían venir más, estas cosas dan mucha vidilla, aquí no tenemos muchas opciones de ocio", se quejó Juan, que se mostró impresionado por el buen estado de forma de Alfonso Pérez.
Otro que dio cuenta de sus condiciones físicas fue Michel Salgado, que no dudó en lucir sus tatuajes en el torso cuando posó junto al trofeo del torneo para los fotógrafos y en opinar sobre la situación actual del Real Madrid.
"Todo el equipo sabe ya lo que quiere Mourinho. Es uno de los mejores entrenadores del mundo, con unas ideas muy claras", resaltó Salgado en declaraciones.
En ese sentido, "veo al Madrid como un equipo muy serio, hecho a la medida de Mourinho", agregó Salgado, para quien el entrenador ha logrado ya lo más difícil, que, en su opinión, era acabar con la buena época del Barcelona.
Sea el Real Madrid de antes o el de ahora, su archienemigo será siempre el FC Barcelona, y es que, como bromeó el propio Salgado, cualquier partido entre ambos equipos "nunca será amistoso".