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La afición del Atlético de Madrid estrenó el Wanda Metropolitano en el partido contra el Málaga y también vías para llegar a su estadio, recorridos y tradiciones después de 51 años de peregrinar a la ribera del Manzanares para acudir al Vicente Calderón.

Una de esas opciones, la más aconsejada por el club y las autoridades madrileñas, fue la del transporte público, para lo cual el acceso más directo es la estación de la línea 7 del Metro de Madrid, la línea identificada por una campaña oficial con el dorsal número '7', el que utiliza el francés Antoine Griezmann, igual que la '5' con el ghanés Thomas Partey y la '2' con el uruguayo Diego Godín. Un recorrido que hoy miles de rojiblancos hicieron por primera vez.

Sábado, 18:03 horas. Estación de metro de Gregorio Marañón. Engarce de la línea 7, la de Griezmann, con la 10 que bien podría ser la del belga Yannick Carrasco. A esta hora, la línea azul del Metro de Madrid viaja salpicada por camisetas rojiblancas desde la zona sur de la capital, donde viven muchos aficionados rojiblancos.

En Gregorio Marañón comienza para muchos el viaje por la 'línea Griezmann', la que les debe dejar al pie de su nuevo coliseo. Alguno se despista al tomar la dirección correcta. No, no es dirección Pitis, el rumbo es hacia un Hospital del Henares que suena lejano.

El andén está lleno de camisetas rojiblancas que esperan a la llegada del convoy. Alguno cuenta estaciones, calcula lo que tarda en llegar, comenta: "Ya te decía yo que esto estaría hasta la bandera". Llega el tren, los más afortunados se acomodan, algunos ya llegaban desde otras zonas de la capital subidos a la línea naranja. La mayoría, de pie, agarrados a las barras y al resto de pasajeros.

Avenida de América. Otro de los nudos de comunicaciones de la capital. Se termina de llenar, sube el aire acondicionado, todavía diez estaciones por delante. Cartagena. Se acabó la cobertura.

Comienzan las charlas, los compañeros de vagón comparten sus ubicaciones. Hoy 68.000 personas están de estreno. "Tienes que entrar por aquí, nosotras por aquí", comentan. Algunos se abonaron para Liga y 'Champions', otros les viene mal la competición europea, con sus horarios entre semana y la lejanía del estadio. Pueblo Nuevo. Conexión con la línea 5, la del ghanés Thomas Partey. "Ya estamos cerca", comentan. Hay cobertura.

Ascao, García Noblejas. Se vuelve a perder la comunicación móvil. Las conversaciones derivan a cómo encajar el nombre del nuevo estadio al himno. Hay repaso de cánticos, otros evalúan otras maneras de llegar al estadio en lo sucesivo. Aprieta el calor, humano y rojiblanco, pese al aire acondicionado. Pero estamos en San Blas. Ya solo quedan dos paradas.

Son las 18:25. La voz en 'off' del metro anuncia la estación Estadio Metropolitano. Alegría y salida en tromba del vagón a un andén ancho, móviles que apuntan arriba, a los escudos históricos del club que se exponen en las paredes. Al otro lado, imágenes de los estadios por los que ha pasado el club. Hay ilusión. "Estamos como niños", exclaman.

En metro llegó también el presidente del Atlético, Enrique Cerezo, reforzando la campaña que la Comunidad de Madrid y el club pusieron en marcha para pedir a los aficionados que llegarán a su nuevo coliseo en transporte público.

Salida de la estación. A la derecha, las escaleras que conducen al estadio, a la izquierda otras que suben a la avenida de Arcentales, improvisado sirven de mirador para el primer 'selfie' con estadio y bandera al fondo que no pasa desapercibida a la vista.

Una bandera rojiblanca de 338 metros cuadrados, con el nuevo escudo inscrito en el centro y sostenida por un mástil de 40 metros de ancho. Fue izada ayer por la nieta de José Luis Rodríguez, el socio número 1, fallecido a finales de agosto. Muchísima gente que llega, se fotografía, se toma una cerveza, observa. Hay un nuevo cuello de botella en la rampa que conduce a la altura dónde están las puertas.

Los alrededores están llenos de guiños a la historia del club. Unas letras de metro y medio con la inscripción 'Coraje y Corazón' se convierten en otro de los lugares predilectos para las fotografías. Por los alrededores se escuchan conversaciones. Curiosidad, ilusión, algunos escépticos. También hay varios que han decidido emular las pancartas que recibieron al Vicente Calderón en 1966, aquel "Mientras ellos van de pie, nosotros todos sentados".

"Ya estamos en nuestra casa/ y nadie nos ha humillado / mientras a otros les cae la lluvia / nosotros no nos mojamos" o "Tenemos nueva casa / vuelven a envidiar / nosotros estrenamos / ellos a reformar", son algunos de los intentos de vincular pasado con futuro en rojiblanco.

En la cota cero del estadio, frente a la fachada principal, las placas del 'Paseo de las Leyendas' que tanta polémica ha suscitado durante las semanas previas. Muchos rojiblancos aprovechan para recordar gestas, buscar a su jugador predilecto.

Luis Aragonés, Kiko Narváez o Adelardo Rodríguez son los más buscados. También hay quienes han decidido dejar su basura sobre la placa que recuerda al mexicano Hugo Sánchez, en señal de repulsa contra la inclusión en el paseo del ariete azteca que marchó del Atlético al Real Madrid en 1985.

Quedan minutos para la hora señalada para la entrada (las 19.00 horas de la tarde) y ya se ven colas para acceder a los estadios. Las puertas están señaladas en una estructuras metálicas que tienen aspecto de provisionalidad, también mucha de la cartelería interior está marcada con folios impresos. Tiempo al tiempo.

Dan las 19.00, comienzan a entrar los primeros. El aspecto del terreno de juego y las gradas es imponente, con las butacas de un rojo oscuros, con el nombre del club y el año de su fundación (1903). Unas tiras rojas y blancas cubren el césped, luego retiradas para facilitar el calentamiento de los jugadores.

Quince minutos después llega el primer equipo, al que se ve por las dos grandes pantallas situadas en los dos fondos y frente a la tribuna de preferencia. En lo relativo a las pantallas, destaca el anillo de pantallas que refleja el marcador del encuentro y va cambiando al unísono.

No obstante, se puede ver claramente en el interior como queda mucho por hacer: remates en las paredes, abrir todos los servicios que en el futuro tendrá el espectador. Una sensación cierta de final de obra, de falta de remates.

Y el mayor remate, sin duda, será el sonido de la afición que se comenzará a notar a partir de las 20.45. Una afición que tendrá que hacer suyo el Wanda Metropolitano, que tendrá que encontrar sus caminos y sus rutinas en su nueva casa. De momento, cuentan con la 'línea Griezmann', la 'línea Godín (2)' y la 'línea Thomas (5)'.