El Real Madrid inició el camino a una nueva defensa de la corona europea con un triunfo a medio gas, sin necesidad de gastar mucha energía ante el modesto APOEL, en una noche en la que regresó la pegada con el hambre insaciable de Cristiano Ronaldo y Gareth Bale brilló en su banda izquierda.
Las claves del triunfo del Real Madrid en la primera jornada de la Liga de Campeones fueron:
1. El regreso de la pegada: por encima de la brillantez estuvo la necesidad de un triunfo que cortase una extraña dinámica madridista con dos empates consecutivos ligueros en el estadio Santiago Bernabéu ante Valencia y Levante en los que faltó hambre, mentalidad de campeón para ganar.
En esos encuentros el equipo de Zinedine Zidane chutó en 40 ocasiones para marcar solo dos tantos. Ante el APOEL regresó la pegada de la mano del mejor goleador madridista, Cristiano Ronaldo. Tres goles en siete disparos a puerta. Un total de 19 remates.
2. El regreso con hambre de Cristiano: anunció en la víspera del partido Zidane algo nuevo en la zona del 9 pero no hubo sorpresas, el elegido era Cristiano Ronaldo que explotó su remate buscando siempre la espalda de los centrales al segundo palo.
Un mes después regresó con aún más hambre de la habitual, con rabia en sus celebraciones y rapidez por su deseo de marcar más para ensanchar su leyenda como máximo artillero de la Liga de Campeones. Por sexto año consecutivo la arrancó marcando. Con su doblete alcanza 107 tantos en 141 partidos. Insaciable y letal.
3. Bale en su posición natural: el dibujo ofensivo de Zidane permitió a Bale disfrutar en la zona del campo donde ejerce mayor influencia en el fútbol del Real Madrid. Jugando como segundo punta, brilló en el primer acto cuando se dejó caer a banda izquierda y puso continuidad a centros de mucha calidad que siempre encontraron a Cristiano.
Así llegó el primer gol y por momentos se volvió a ver disfrutar al galés con sus carreras por banda concluidas con precisos pases. Fue a menos con el paso de los minutos y un sector de la afición madridista no se lo perdona. Le volvieron a despedir con silbidos que provocaron la reacción en forma de aplausos de la mayoría.
4. Libertad para Isco: no fue el mejor de sus días pero siempre deja detalles de altísima calidad técnica como en el arranque de la jugada del primer gol, dividiendo la defensa rival antes de ver el movimiento de Bale. Disfruta en la demarcación que ha creado Zidane para él en un 4-4-2 con mucha movilidad arriba. Desde la mediapunta tiene libertad para inventar y desequilibrar desde la zona donde ve que genera mayor peligro.
5. La jerarquía de Sergio Ramos: ante el poco trabajo defensivo siempre apareció la figura del capitán madridista para cortar con raza las incursiones del APOEL. Se impuso en todos los duelos y con confianza tiró para arriba en cuanto pudo en busca del gol. Acabó firmándolo como si fuese un 9, inventando una chilena a un balón rebotado en un nuevo recurso de un defensa con alma de matador.